La mitología hoy. La mitología es algo vivo, un modo de aproximación a las inquietudes más profundas de la humanidad. Es un proceso siempre abierto y actual; un acontecimiento sagrado en continua reelaboración. Por Laura Ponce*
Psique (Alma) era una joven muy hermosa y la menor de tres hermanas. Afrodita, celosa de su belleza, mandó a su hijo Eros para que le lanzara una flecha que la haría prendarse del hombre más ruin; pero Eros se enamoró de ella y, dormida, la llevó a su palacio.
Preocupado por las represalias de su madre, Eros se presentaba ante Psique siempre en la oscuridad. Así, se amaron durante muchas noches, hasta que Psique le dijo que extrañaba a sus hermanas y él accedió a que las viese, pero le advirtió que querrían acabar con su felicidad.
Durante la visita, las hermanas le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique inventó excusas, pero terminó confesando que nunca había visto su rostro. Entonces, ellas le aseguraron que solo un monstruo querría ocultar su apariencia y la convencieron de que lo espiara. Así fue como, en medio de la noche, Psique encendió una lámpara. Al aproximarla para ver a su amado, una gota de aceite hirviendo cayó sobre la cara de Eros, que despertó y la abandonó, decepcionado.
Psique le rogó a Afrodita que le devolviera el amor de Eros, pero esta, rencorosa, le ordenó que realizara cuatro tareas casi imposibles. La cuarta era la más difícil: Psique debía ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza, ya que Afrodita había perdido parte de la suya al cuidar a su hijo, deprimido y enfermo debido a la traición.
Psique se dirigió a una torre, convencida de que el camino más corto sería la muerte, pero una voz la detuvo y le indicó una ruta segura, además de explicarle cómo pasar al cancerbero y otros peligros. Psique apaciguó al perro infernal con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que la llevase al Hades. Aunque encontró distracciones en el camino, no se dejó tentar por ellas, y Perséfone le entregó encantada el cofre para Afrodita.
De regreso, Psique decidió abrirlo y tomar un poco de belleza, pensando que así se aseguraría de que Eros la amara. Dentro del cofre, había un “sueño estigio” que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos. Luego les suplicó a Zeus y Afrodita que le permitieran casarse con Psique. Ellos accedieron y Zeus la volvió inmortal. Los jóvenes tuvieron un hijo al que llamaron Placer.
Este mito habla del alma enamorada del amor pero que debe seguir un difícil derrotero hasta merecerlo. Las tareas que tuvo que realizar Psique simbolizan la indagación del alma femenina y la necesidad de conocernos a nosotras mismas. No hay otro modo de lograr una verdadera unión con el ser amado.
*Escritora, especialista en mitología y ciencia ficción.
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