9 febrero, 2018
El entrañable refugio de un spa con amigas
Desde chicas nos juntamos y jugamos con maquillajes y disfraces. Ese ritual perdura en el tiempo y se transforma en un momento de relax y profunda conexión con nuestras queridas compañeras de vida. ¡A recuperarlo!
“Las amistades entre las mujeres son especiales. Dan forma a lo que somos y a lo que todavía tenemos que ser. Calman nuestro mundo interior tumultuoso (…) y nos ayudan a recordar lo que realmente somos”.
Gale Berkowitz
“¿Dale que nos disfrazamos? ¡Tengo un montón de pinturitas y collares!», solía proponerle a mi amiga de la infancia. Y así, jugando a ser grandes, pasábamos horas encerradas en mi cuarto. Crecemos, asumimos responsabilidades, pero el ritual de compartir ese momento de cuidado con tus amigas continúa durante toda la vida. Claro que nos vamos perfeccionando. Y con los años las pinturitas se transforman en cremas humectantes, mascarillas y exfoliantes. ¡Y obviamente en esmaltes de uñas!
Hace muchos años tuve que vivir un tiempo en el exterior por trabajo. Estaba sola, aunque rápidamente hice dos amigas argentinas con las que compartíamos las desventuras de estar alejadas de nuestros afectos más cercanos, pero también el mate y hasta el ritual del almuerzo con pastas de los domingos. Cuando llegaba el fin de semana y ese agujerito en el alma que es extrañar se agrandaba un poco más, hacíamos una sesión de spa en casa. Podíamos pasar horas. Era la excusa para charlar, confesarnos y hablar de todo, desde los temas más profundos hasta los más superficiales. Era relax y placer. Pero por sobre todas las cosas era encuentro.
Esa unión mágica que se produce con las amigas es algo que llevamos en nuestro ADN colectivo. En la antigüedad, las mujeres compartían el cuidado de sus bebés y se juntaban a cocinar. Espíritu de tribu que, según la ciencia, permite que liberemos una hormona llamada oxitocina, que amortigua la respuesta de lucha o huida y nos da capacidad adicional para enfrentar situaciones adversas y calmarnos. Por eso se la conoce como «la hormona del amor».
Así que en estos tiempos donde vivimos, justamente, sin tiempo, abrumadas por las múltiples tareas que enfrentamos día a día, alzo las voz a través de esta columna por el encuentro de las almas femeninas, por abandonar−aunque sean unas pocas horas−nuestra rutina y reunirnos con nuestras amigas para volver a jugar, como lo hacíamos de niñas.
Acá van algunas propuestas para compartir un día de spa con amigas en casa:
→Crema humectante con aloe vera (LACA), para el cuidado diario de la piel. Humecta y suaviza.Ideal para tratar rojeces e irritaciones.
→Esmalte Cutex Nail Color color rojo pasión. Desde 1911, la empresa se dedica al cuidado de las uñas de manos y pies.
→Las pulpas hidratantes para manos de Natura dejan la piel suave y sedosa. Las de Maracujá, además, huelen increíblemente bien.
→Los antifaces de silicona o gel son ideales para calmar ojos secos e hinchados, dolores de cabeza sinusales y congestión nasal.
→Para una piel divina, conviene usar un buen exfoliante facial, como el de Extracto de Durazno y Corteza de Sauce, de Burt’s Bees.
→La lima eléctrica para pies Amopé es una gran herramienta para una buena pedicuría en casa. ¡Plantas impecables y sin durezas!
→Planchita línea Bellisima para crear lacios u ondulados en una sola pasada. El revestimiento de queratina y cerámica protege y revitaliza el pelo.
→Toallas y toallones color blanco de la Línea Spa de Danubio. ¡Grandes y mullidas como las de los mejores hoteles!
→Serum hidratante de Amopé: proporciona hidratación intensa y alivio hasta en los pies más resecos.
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