Sustentabilidad
6 junio, 2018
Operación plásticos: ¿es posible eliminarlos de nuestra vida?
Ayer se celebró el Día Mundial del Ambiente, pero la causa que nos convoca se mantiene vigente durante todo el año. ¿Cómo involucrarse para poder vivir en un planeta sin contaminación por plásticos? En esta nota te damos herramientas para que, con cuatro pequeños cambios de hábitos diarios, puedas dejar tu huella positiva.
Por Tais Gadea Lara
Ayer los diarios se llenaron de titulares sobre el ambiente, se multiplicaron las entrevistas a expertos y ambientalistas y las cifras apocalípticas de nuestro impacto sobre la fauna y flora protagonizaron la escena periodística. Pero hoy, todo parece volver a la normalidad. La situación política y económica prima en la agenda de los medios y la Copa Mundial de Fútbol ocupa, con novedades o sin ellas, el lugar privilegiado. ¿Acaso la cuestión ambiental no debiera ser noticia de todos los días?
El Día Mundial del Ambiente se celebró ayer, 5 de junio. Este tipo de fechas son asignadas con el propósito de brindar información, despertar conciencia y promover un cambio de acción. Pero el lema elegido para la celebración de 2018 nos invita a pensar que lejos está de ser una cuestión de un sólo día, sino un compromiso que debemos asumir los 365 días del año, en cada acción de nuestras vidas, en nuestras compras y en las decisiones cotidianas que pueden tener un impacto positivo o negativo en el ambiente. “Un planeta sin contaminación por plásticos” fue el mensaje que acompañó esta fecha internacional; el objetivo fue destacar una problemática propia de nuestros tiempos: la huella que deja el descomunal consumo de plásticos.
«Es impactante, es horrendo, está empeorando, no es mejor… pero es una falla sistémica y estamos tratando de volver al principio de la cuestión y detener esa falla mediante el rediseño del sistema». Las palabras de Ellen MacArthur en una entrevista al diario británico The Guardian sintetizan mucho de lo que se está viviendo en relación a este asunto. MacArthur pasó a la historia como la primera mujer que dio la vuelta al mundo a bordo de un velero sin más compañía que el viento y el oleaje del mar. Esa aventura le demostró el impacto de nuestro consumo y las falencias del actual sistema económico. Desde entonces, se dedica a promover la economía circular, un nuevo modelo donde no existe el concepto de residuo en sí mismo, sino que todo vuelve a formar parte del ciclo de vida porque ya se diseñó con esa mirada de eficiencia y sustentabilidad.
En 2016 la fundación que lleva su nombre publicó un reporte que alertó al mundo entero: si no modificamos nuestros hábitos de consumo y gestión de residuos, para 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos. Esa imagen no debería entristecer, ni enojarse: más bien, puede funcionar como un disparador para activar el espíritu del mensaje de ayer a cada día del año. Porque, como dice la máxima conservacionista de la historia, Jane Goodall, “lo que hacemos marca una diferencia y cada día de nuestras vidas tenemos la oportunidad de elegir qué tipo de diferencia queremos marcar”.
Cuatro pequeños cambios con los que podemos marcar una diferencia
Δ Eliminar los descartables
Empecemos por lo más contundente: ya no se trata de reducir, sino directamente de eliminar ciertos usos. El propio secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, así lo expresó en su discurso con motivo de esta fecha: “El mensaje es simple: rechaza el plástico descartable”. El pedido formó parte de una campaña internacional que invita a que cada ciudadano del mundo deje de utilizar los denominados “plásticos de un solo uso”, que son aquellos que se emplean una sola vez para un uso y luego se desechan directamente. Es decir, su tiempo de vida útil es menor al de su producción y al de su descomposición.
Una bolsa plástica de un comercio tiene un promedio de utilidad de 30 minutos, pero puede tardar hasta 400 años en descomponerse. Esta cifra llegó a conocimiento de la emprendedora argentina Lorena Núñez y fue un impulso para ofrecer una alternativa diferente: bolsas reutilizables o eco-bolsas. Hoy desde la fábrica Daravi ofrecen incluso opciones fabricadas con textiles de descartes. “Dedicí hacer bolsas que tengan larga vida útil con una tela durable. El tiempo que dura ese producto es prolongado y el impacto es positivo. Generar el hábito de llevar una bolsa reutilizable con uno todo el día te permite rechazar un montón de bolsas plásticas”, asegura.
Bolsas, botellas, vasos, cubiertos son algunos de los productos diseñados para terminar en la basura, generando un enorme impacto en el ambiente. De todo el plástico que utilizamos, el 50% es desechable o de un sólo uso. Por eso, ahora sigue buscarles un reemplazo más amigable con la naturaleza.
Δ Optar por alternativas más eficientes
“Si no puedes reusarlo, recházalo”. Claro y contundente fue uno de los mensajes que más se viralizó en la campaña impulsada por la ONU desde hace unos meses para eliminar el uso de descartables. No se trata únicamente de decir no, sino de ser consumidores conscientes, responsables y poder satisfacer la misma necesidad, pero con un elemento más duradero, que no genere residuos y que haya sido diseñado de una forma más sustentable.
¿Qué pasaría si les digo que desde julio del año pasado he tomado café alrededor del mundo sólo en un vaso descartable? ¿Me creerían? ¿Creerían que ello fuera posible? Lo usé en Buenos Aires, París, Londres, Nueva York, Washington y otras múltiples ciudades. Lo llevaba conmigo en la cartera o mochila, lo usaba, luego lo lavaba y lo volvía a usar. Y así el ciclo continuaba. La mayor conciencia ambiental, el crecimiento de la demanda por parte de los consumidores y la visión inteligente de los diseñadores, hace que cada vez sean más los emprendedores y las empresas ofrezcan productos eficientes para reemplazar los descartables. Así como mi vaso reutilizable de café, hay opciones de botellas (al estilo cantimplora) que se pueden recargar, bolsas reutilizables como las que confecciona Núñez, y cubiertos en un tamaño práctico para llevar en la cartera o bolso y aprovechar en todo momento, en todo lugar.
Δ Reducir el consumo de plásticos
El mejor ejemplo para achicar al máximo consumo de plásticos es el uso del packaging. ¿Es necesario tanto plástico material para envolver los productos? En lugar de comprar las frutas y verduras de los supermercados envueltas en plástico, optar por ir con nuestra ecobolsa a la verdulería y volver a casa con menos residuos.
En ello también pensaron tres amigas cuando abrieron las puertas de La Quemisterie, una tienda que ofrece artículos de higiene y limpieza con la innovadora propuesta del “refill” o recarga. ¿De qué se trata? Uno compra por primera vez un envase con el producto de preferencia. Al terminarse el producto, regresa con ese envase y lo recarga. “El cliente paga sólo por el líquido que lleva, reduciendo sus residuos plásticos a la mitad”, asegura Graciela Oblitas, una de las fundadoras. El local ubicado en el barrio porteño de Las Cañitas ofrece detergentes, jabón líquido, limpiavidrios y aromatizantes, entre otros artículos, fabricados localmente, biodegradables y sin conservantes.
Melina Scioli, la joven responsable de la iniciativa Club de Reparadores, invita a observar más a nuestras generaciones anteriores e imitar muchos de sus hábitos: “Hay cosas muy sencillas que podemos hacer, que no requieren de grandes innovaciones, como hacían nuestros abuelos: usar un pañuelo de tela en lugar de pañuelos descartables, tomar en vasos o tazas en lugar de vasos descartables, evitar los sorbetes que son, en definitiva, un accesorio sin sentido”.
Δ Reutilizar y reciclar residuos
Cuando ya no es posible eliminar y/o reducir el uso de plásticos, la clave está en ser responsables respecto de su disposición final, es decir, de cómo y dónde lo vamos a tirar para reducir el impacto en el ambiente. La mayoría de los plásticos son reciclables, por medio de determinados procesos se pueden reaprovechar para los mismos o nuevos usos. Para conocer primero si el residuo plástico que tenemos es reciclable o no, se puede visitar la plataforma online Reciclario, donde de forma sencilla y rápida se puede comentar el tipo de residuo que tienen para tirar y les aparecerá la información correspondiente a su disposición.
El segundo paso será seguir las acciones de disposición vigentes en tu barrio o ciudad. Cada distrito cuenta con su propia normativa, por eso es importante informarse al respecto. Sacarlo a la calle en una bolsa de residuos de color verde, tirarlo en una campana específica, llevarlo a punto o centro de acopio, entregárselo a un reciclador urbano o cartonero, son algunas de las múltiples opciones existentes a lo largo del país. La clave está en informarse y ver cómo se puede participar de forma activa. Para eso, las redes sociales son hoy el mejor aliado para acercarse a estas iniciativas. Biótico, EcoInclusión, Xinca, Mafia Bags son emprendimientos argentinos que encuentran en la basura un nuevo recurso para generar productos.
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