Imágenes impactantes del vasto lugar que habitamos, casa grande que compartimos con los demás seres de la naturaleza.

Hoy elegimos maravillarnos con estas increíbles tomas de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA, el célebre organismo estadounidense dedicado a la investigación aeroespacial.
Gracias a la alta tecnología de sus expediciones, conseguimos estos registros impactantes de la Tierra, a través de fotografías tomadas desde el espacio exterior que nos ayudan a reflexionar sobre la magnitud del universo y, fundamentalmente, sobre la importancia de contemplar de otra manera con el planeta que habitamos.
Océanos, nubes, volcanes, cadenas montañosas, glaciares, cataratas, islas… Las imágenes hablan por sí solas de la importancia de velar por la integridad de este espacio que compartimos con los demás animales, con las plantas, con el aire y con el agua.
¿Cómo no querer proteger la biodiversidad que nos permite alimentarnos y respirar cada día?
Desde que vimos por primera vez aquella primera imagen en blanco y negro de nuestro globo, tomada el 23 de agosto de de 1966 por la sonda Lunar Orbiter I, la primera en entrar en órbita alrededor del territorio lunar, nuestra mirada hacia cielo cambió y también cambiaron nuestras percepciones acerca de la importancia de sabernos habitantes de una casa grande que no es solo nuestra.
De ahí que resulte fundamental cambiar también de hábitos, con el propósito de cuidar los mares, los ríos, la flora y la fauna, para que siempre que veamos a la Tierra desde el espacio tengamos la certeza de que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por protegerla.
A continuación, las magníficas fotos y un pequeño regalo: fragmentos de poemas para celebrar el misterio de la vida.

«Somos la naturaleza,
durante mucho tiempo estuvimos lejos.
Pero ahora volvemos,
nos convertimos en plantas,
en troncos, en follaje,
raíces y cortezas».
Walt Whitman

«Así que esto es el miedo.
La araña oscura se escabulle
sobre los tablones de abajo.
Miro la gotita de sangre en mi piel
y enseguida pienso:
el último dólar,
el último pedazo de pan,
los relámpagos que crepitan bajo la puerta».
Mary Oliver

«Malditos sean los hombres que fabrican montes en llamas,
los que construyen con sus manos edificios de ceniza,
los que incineran el cuerpo verde de la naturaleza.
Malditos sean los hombres que redactan la esquela de los bosques,
los que disfrutan viendo arder la savia,
los que terminan con la vida centenaria de Galicia».
Marwan



«El lago se ha extinguido,
oscuro duerme el cañaveral
murmurando en el sueño.
Sobre el campo extendidas
alargadas montañas amenazan.
No reposan.
Hondamente respiran, se mantienen
unidas unas contra otras.
Respirando hondamente,
llenas de oscuras fuerzas, irredentas
en su pasión devoradora».
Herman Hesse


«Este pan que yo parto fue alguna vez avena,
este vino en un árbol extranjero
se zambulló en su fruta;
durante el día el hombre y por la noche el viento
segaron las cosechas, rompieron el gozo de la uva».
Dylan Thomas



«Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna misera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera».
Antonio Machado




«No sólo de sombra vivo,
que tierra y sol y dulce don de agua
nuevos follajes te dieron
en tanto yo me inclino y seco
palpo en mi rostro tu corteza».
Salvatore Quasimodo
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