Rincones y criaturas salvajes de la provincia canadiense de Alberta y de Torres del Paine, en la Patagonia chilena, componen imágenes en diálogo con entornos indómitos.










La lente de Nicole Arcuschin suele posarse en escenas con modelos humanos, la mayoría de las veces en estudios: cotidianamente, esta fotógrafa argentina de 32 años se dedica a tomar fotografías para marcas de moda y a realizar trabajos publicitarios. En varias oportunidades fotografió a las mujeres de tapa de nuestra recordada edición papel.
Sin embargo, la naturaleza y sus paisajes, la vida que se desarrolla salvaje, con sus sonidos, silencios, olores y sabores son, para ella, una fuente de atracción que la conmueve y con la que se vincula también a través de la cámara, pero en un diálogo personal, íntimo e intuitivo.
Las montañas, los lagos y las nieves de Alberta son uno de esos sitios en los que sucede el encuentro con una sustancia sutil, distinta a lo que pasa detrás de cámara en su trabajo diario. En esa provincia canadiense, donde ya estuvo dos veces, le gusta manejar kilómetros y kilómetros, alejarse de los ruidos y las distracciones de la ciudad y dejarse abrazar por el silencio y los paisajes deslumbrantes. Es uno de esos lugares y momentos en los que sentirse perdida en el mapa, dice, la hace conectarse más con su interioridad.
Algunos de esos instantes componen esta galería, que también está integrada por imágenes de un viaje que hizo la fotógrafa a Torres del Paine, en la Patagonia chilena, adonde llegó por una invitación. “Fue una experiencia maravillosa, una vez más estaba viajando en auto, despertándome al amanecer para encontrarme con montañas inmensas, neblina y animales en su entorno natural, sintiéndome parte de los paisajes fríos y cálidos que conviven con total armonía”, cuenta Nicole.
Una nevada, un poniente, el encuentro sorpresivo con un animal salvaje o el olor de un fuego que la sorprende en una caminata por el bosque pueden convertirse para ella en un momento sagrado: “Estar en esos lugares me hace creer en la magia -dice-, ver y rodearme de las maravillas que tiene el mundo para ofrecernos hace que me sienta viva”.
Un viaje hacia adentro
La fotografía, para Nicole Arcuschin, es un camino de introspección que le permite comprender su propia mirada del mundo, compartirla, y a su vez convertirse en inspiración para otros. Por eso, una de las vertientes de su trabajo son los talleres individuales o grupales de autoconocimiento a través de la fotografía que da a fotógrafos que ya cuentan con material. En ese espacio, ella acompaña a los participantes a observar sus obras hacia atrás en el tiempo para descubrir dónde estuvieron poniendo la atención de manera inconsciente. “La fotografía es una herramienta de autoconocimiento muy poderosa que nos ayuda a reflexionar sobre quiénes somos, a entendernos y a crecer. Busco que las personas encuentren el diálogo que tienen con las fotos y entiendan qué y cómo estuvieron mirando hasta ahora”. El taller grupal comienza a mediados de junio. Más información en: www.nicolearcuschin.com/workshop
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