29 marzo, 2023 | Por Ariel
Mario Alonso Puig: «El materialismo nos ha alejado de la dimensión espiritual de la existencia»
Una conversación con el reconocido médico y escritor español, donde nos comparte sus reflexiones más profundas sobre la necesidad que tenemos los seres humanos de recuperar la espiritualidad en nuestro día a día, para animarnos a formularnos siempre nuevas preguntas.
Abrazar nuestro potencial humano. Encontrarnos con los otros genuinamente. Hacernos cada día nuevas preguntas que nos guíen para recorrer caminos nunca antes transitados. Estar presentes. Prestar atención. Viajar hasta lo más profundo para reconocer nuestras sombras e integrarlas a la vida. Hacernos nuevos en cada paso que damos, celebrando cada una de las postales que nos ofrece el viaje.
De todo eso nos habla, desde hace más de dos décadas, el médico español Mario Alonso Puig, reconocido cirujano especialista en aparato digestivo (fellow en cirugía por Harvard University Medical School), que sintió la necesidad de explorar más allá de la ciencia, para trabajar en la conexión entre las dolencias y las emociones. Convertido a partir de esa búsqueda en conferencista y escritor, decidió dedicar su vida a acompañar a las personas para ayudarlas a sanar los dolores del cuerpo y del alma.
Con él conversamos para esta entrevista, en el marco de su nueva visita a la Argentina donde, una vez más, busca compartir eso que tanto lo apasiona y le da esperanza: las personas y su capacidad para convertirse en protagonistas de sus propias vidas, más allá del temor. Porque, como señala en su libro Vivir es un asunto urgente: «Quedarnos atrapados en el miedo es privarnos de la posibilidad de crecer y evolucionar, y de transformarnos en aquello que nunca creímos posible».
–Mario, qué hecho marcó tu interés por el ser humano, primero como médico, para luego explorar también lo emocional yespiritual? ¿Hubo algún acontecimiento puntual o algún maestro inspirador que nos quieras mencionar?
–Mi elección para estudiar Medicina fue la consecuencia de una profunda llamada interior a aliviar el sufrimiento de otras personas. En aquel momento, el camino que me pareció más directo, fue la Medicina. Posteriormente, la lectura de un libro de historia de la medicina, titulado la relación médico-enfermo, me hizo darme cuenta de la importancia que tiene la conexión afectiva en la curación de las enfermedades. Finalmente, mi propia experiencia con los enfermos, me ratificó que la separación que vemos entre el mundo físico, el mental, y el espiritual, es absolutamente ilusoria.
–Hoy que la ciencia ha avanzado en la investigación de la relación cuerpo-mente-espíritu, ¿qué aspectos creés importante destacar sobre esta unión tan estrecha y la forma en que nuestros pensamientos, creencias y sentimientos nos atraviesan?
–Cuando comprendemos que nuestros pensamientos se convierten en sentimientos, y estos en emociones, que son procesos corporales, somos más conscientes de la responsabilidad que tenemos acerca de lo que estamos pensando. No solamente los cuadros de ansiedad y de depresión pueden ser causados por una determinada forma de pensar, sino que muchas otras enfermedades que se expresan físicamente en el cuerpo, también pueden tener una estrecha conexión con temas de orden afectivo. Así, por ejemplo, enfermedades inflamatorias del intestino, como la colitis ulcerosa, que se asocia a la aparición de úlceras sangrantes en la mucosa del colon, mejoran mucho si además del tratamiento específico, la persona que la padece, recibe un apoyo psicológico.
–Llevás muchos años proponiéndoles a las personas transformarse. ¿Qué es lo que más te entusiasma y emociona de acompañar a quienes se encuentran ante la necesidad de emprender ese gran viaje que cambiará sus vidas para siempre?
–Una transformación es un cambio radical, es decir, un cambio a nivel de la raíz. Este tipo de cambios permite que se desplieguen posibilidades dormidas y que aforen recursos insospechados. Entre esas posibilidades dormidas destacaría la alegría, la serenidad, el entusiasmo, y la confianza. Entre los recursos insospechados que afloran en los procesos de transformación destacaría la sabiduría, la creatividad, y el espíritu emprendedor, entre otros. A mí me emociona que otros descubran que esa transformación que experimentan tiene la capacidad de impactar de una manera muy profunda y positiva en su salud, en su prosperidad, en sus relaciones, en su bienestar, y en su felicidad.
«Una transformación es un cambio radical, es decir, un cambio a nivel de la raíz. Este tipo de cambios permite que se desplieguen posibilidades dormidas y que aforen recursos insospechados. Entre esas posibilidades dormidas destacaría la alegría, la serenidad, el entusiasmo, y la confianza».
–A la hora de iniciar un camino de autodescubrimiento, como lo es El viaje del héroe descripto por Joseph Campbell, ¿por qué a muchos nos cuesta tanto comenzar a andar y cuáles son las herramientas que necesitamos llevar en la mochila para lanzarnos a la aventura, o aquellas que debemos soltar?
–En mi experiencia, recorrer el Viaje del Héroe se nos hace difícil por nuestra ignorancia, por nuestra conciencia de culpa, y por nuestro miedo. Somos ignorantes acerca de quienes somos, y de la naturaleza última de la realidad. Si intuyéramos la grandeza que hay en nuestro interior, pocos no se embarcarían en un Viaje que nos permite despertar a esa realidad que ya somos. Por eso, sólo respondemos a la llamada a emprender el Viaje del Héroe cuando “tocamos fondo”, o cuando leemos algo, vemos algo, o nos sentimos inspirados por algo que nos hace presentir que hay una forma mucho mejor de vivir. Lo que hay que tener presente en ese Viaje del Héroe, es que necesitamos tres cosas: inspiración, estrategia, y entrenamiento. La inspiración lo que nos da es la motivación para lanzarnos a la aventura. La estrategia lo que nos ofrece es un mapa para orientarnos cuando pasemos de un mundo conocido a otro que no lo es. El entrenamiento lo que nos permite es ir cambiando nuestra percepción, a medida que pasamos del mapa al territorio.
–Solés decir que en todo ser humano hay potencial y grandeza y que hay que tener disposición a crear espacios de oportunidad para que otras personas puedan mostrar lo que en realidad siempre han tenido adentro. ¿Cómo hacer para abrir ese canal, especialmente los que somos padres o educadores?
–Dos de las cosas más importantes que los padres y educadores tenemos que fomentar en nuestros hijos y en nuestros alumnos, son la autoestima y la autonomía. La autoestima se desarrolla cuando una persona siente que se la aprecia y se la valora no por lo que hace, sino por lo que es. Las personas que nos ayudan a “desplegar las alas”, son las que se fijan más en nuestro potencial que en nuestro performance. Lo segundo que es clave en la educación, es ayudar a que los niños y los jóvenes desarrollen un sentido de valía, para que sepan que pueden hacer cosas por sí mismos.
Todos esos comentarios que a veces se les dice a los niños como: “Eres pequeño, ahora no puedes hacerlo”. “Eres pequeño, ahora no puedes entenderlo”, pueden desarrollar en ellos una sensación de falta de valía. Si se les ayudara a hacer algo, o a comprender algo, aunque ellos solos no puedan, ganarían en autonomía y autoconfianza.
El doctor Mario Alonso Puig es autor de varios libros dedicados a acompañar a las personas en sus procesos de crecimiento humano y transformación. Entre ellos destacan Ahora yo, Vivir es un asunto urgente y Reinventarse, entre otros.
–¿De qué manera influye la calidad de vida que tenemos y nuestras elecciones en la forma en que envejecemos y morimos? ¿Qué podemos hacer para volvernos más cuidadosos, más compasivos con nosotros mismos y liderar nuestra existencia más amorosamente?
–Muchas personas están obsesionadas con alargar sus vidas a base de determinados abordajes más o menos glamurosos. Creo que serían más eficaces a la hora de conseguir este objetivo, si dejaran de hacer aquellas cosas que acortan su vida, cosas como seguir una pobre alimentación, no hacer ejercicio físico, robarle horas al sueño, aislarse cuando tienen un problema, negar sus emociones, o intentar acallarlas, no buscar momentos de quietud, o estar siempre pensando en el pasado o en el futuro, en lugar de estar en el presente.
La compasión solo es posible si primero hay empatía, y la empatía no puede existir si juzgamos a las personas en lugar de intentar comprender su sentir. Necesitamos entrenarnos en las mal llamadas “soft skills”, y que a mí me gusta llamar “habilidades humanas”.
–¿Qué aspectos considerás fundamentales a la hora de expandir nuestra consciencia humana y de qué manera se inicia ese proceso que nos cambia para siempre la forma de habitar el mundo?
–A mí, personalmente, me han ayudado mucho la lectura, la reflexión, la meditación, la oración, y los paseos por la naturaleza. La lectura me ha aportado conceptos, algunos de ellos muy disruptivos e inspiradores. La reflexión me ha ayudado a integrar esos conceptos en mi vida. La oración me ha permitido pedir ayuda a ese Misterio insondable al que algunos llamamos Dios, y otros llaman Universo o Vida. La meditación me ha ayudado a ir más allá de mi experiencia previa o de mi razón. Los paseos por la naturaleza me han ayudado a recuperar el sentido de la unidad.
«Somos ignorantes acerca de quienes somos, y de la naturaleza última de la realidad. Si intuyéramos la grandeza que hay en nuestro interior, pocos no se embarcarían en un Viaje que nos permite despertar a esa realidad que ya somos».
–Vivimos en un tiempo de cambio constante, especialmente marcado por la tecnología, pero también la pandemia, las guerras, las crisis económicas… ¿Cómo abrazar la incertidumbre y convertirla en nuestra fortaleza?
–La fe no es ciega, es visionaria. Lo que quiero decir es que tendemos a proyectar y a manifestar eso mismo que creemos. Cuando creemos que en toda incertidumbre hay oportunidad, empezamos a reconocerla, y eso favorece el que nos adaptemos a cualquier entorno. Si, por el contrario, creemos que la incertidumbre es igual a peligro, bloqueamos nuestra capacidad para adaptarnos.
–¿Cuál creés que es el mayor desafío que enfrentamos actualmente como humanidad y de qué manera tendremos que atravesarlo?
–Creo que el principal desafío que tenemos es el materialismo, el cientismo, y el reduccionismo. El materialismo nos ha llevado a alejarnos de la dimensión espiritual de la existencia. El cientismo, como corriente filosófica, nos dice que lo que la ciencia no demuestra que existe, simplemente no existe. El reduccionismo, lo que hace es etiquetar a personas, animales, plantas, minerales, y objetos, como si toda su naturaleza cupiera en una etiqueta. Para mí, es necesario sacar del centro de nuestra existencia el poder, la fama, y el dinero, y en su lugar poner al ser humano en su relación con el Misterio. Si logramos esto, dejaremos de ver a los demás como medios para nuestros fines, y empezaremos a verles con la verdadera dignidad que tienen.
–¿Qué te da esperanza, qué te hace seguir adelante cada día con la enorme misión de ayudar a las personas a abrir los ojos y dejar algo en ellas, ya sea una pregunta, un propósito o una huella trascendente?
–Saber que, aunque nosotros le hayamos dado la espalda a Dios, al Universo, a la Vida, como cada uno quiera denominarlo, esa Consciencia y Amor Infinito, a nosotros ni nos ha dado la espalda, ni nunca nos la dará. Saberme tan bien acompañado y tan sostenido por una fortaleza de semejante calibre, es lo que guía mi vida.
Por Carolina Cattaneo y María Eugenia Sidoti
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