5 julio, 2023 | Por Sophia
Borja Vilaseca: «Estoy comprometido con un propósito: que todo el mundo se conozca a sí mismo»
Es uno de los grandes referentes del autoconocimiento, el desarrollo personal y la reinvención profesional. A los 24 años, sumido en una crisis existencial, conoció el Eneagrama, una herramienta que lo desnudó emocionalmente y lo ayudó a entender cómo y por qué siempre se tropieza con las mismas piedras. Desde entonces, se dedica a divulgar esta técnica para cambiar la vida de los demás.
Borja Vilaseca es escritor, conferencista y emprendedor de proyectos pedagógicos para impulsar un cambio de paradigma.
Por Bea Vilá Bertrán
Borja Vilaseca (42) es catalán, está casado y es padre de dos hijos. Trabaja como escritor ―lleva más de ocho libros publicados―, divulgador, conferenciante y emprendedor de varios proyectos pedagógicos orientados a promover un cambio de paradigma en la sociedad, a través de la educación emocional. Desde 2006 lleva impartiendo, tanto en España como en algunos países de Latinoamérica, más de 300 cursos presenciales sobre el Eneagrama, un mapa de la personalidad basado en nueve eneatipos. También ofrece seminarios y conferencias de manera online.
En una charla cercana, Borja comparte con SOPHIA cuáles son los beneficios que nos puede brindar el Eneagrama, en qué ámbitos se puede utilizar, y nos lleva a explorar de cerca algunos de los aportes plasmados en su último libro, Tú eres lo único que falta en tu vida. Libérate del ego a través del Eneagrama. Según él, esta es la herramienta más eficaz para iniciarse en el autoconocimiento, porque va a la raíz de nuestros conflictos emocionales y existenciales. Porque es apta para escépticos, porque es fácil de poner en práctica y, sobre todo, porque funciona y aporta beneficios tangibles. Tan sólo existe un requisito si estamos dispuestos a iniciar un proceso de transformación personal: ser radicalmente honestos con nosotros mismos, mientras nos vemos reflejados en este espejo del alma.
El Eneagrama es un manual de instrucciones bastante preciso de la condición humana que describe a grandes rasgos nueve tipos de personalidad. Su símbolo es una figura ancestral que está compuesta por un círculo que representa la Ley de la Unidad (la energía espiritual), un triángulo equilátero que representa la Ley del Tres (energía psíquica) y un hexagrama irregular que representa la Ley del Siete (energía física).
—¿Cuándo y cómo te acercaste al Eneagrama por primera vez?
—Yo toqué fondo con diecinueve años. Estaba muy mal, muy perdido, con mucho sufrimiento, mucha ansiedad. En plena crisis me recomiendan un libro de Maite Melendo, quien es pionera del Eneagrama en España. Llevaba años leyendo ensayos sobre filosofía y psicología, pero fue la primera vez que sentí que un libro me tocaba profundo y me brindaba algo de luz al problema mental y emocional que me invadía por dentro. Al leerlo, volví a conectar con mi fuerza interior y sentí esperanza. Supe que había encontrado algo superpoderoso. Meses después viajé a Madrid a hacer un curso presencial de fin de semana impartido por Maite y eso fue un punto de inflexión en mi vida.
Borja brinda cursos y conferencias sobre el Eneagrama, una herramienta de autoconocimiento que une distintas tradiciones espirituales con aspectos de la psicología.
—¿Cuál fue el hallazgo que más te impactó en ese curso?
—¡Fue una revolución! Vi en gran parte por qué soy así, qué me pasaba, por qué había hecho con mi vida lo que había hecho. Lloré y lloré, y me pilló un ataque de conciencia a través del cual pude iniciar un camino de sanación y transformación. En aquel momento yo era ateo, pero el Eneagrama tuvo tal impacto que me sirvió de puente entre la psicología y la espiritualidad. Experimenté un profundo cambio de mi cosmovisión. Antes del Eneagrama, creía que lo que yo pensaba era la realidad, y luego me di cuenta de que eso era solamente una interpretación personal de la realidad. Me di cuenta de que el problema radicaba ahí: no tenía por qué identificarme con mis creencias y pensamientos. Y eso fue un cambio radical.
—¿Creés que el Eneagrama llegó a tu vida en el momento indicado?
—Creo que el maestro aparece cuando el discípulo está preparado. Quizás necesitas pasar por ciertos estadios de madurez primero, porque el Eneagrama te confronta con tu oscuridad y con tu ignorancia. A día de hoy, la gran mayoría de la población todavía no está preparada para conocerse a sí misma, vive en un infantilismo y en una inmadurez que demuestra por qué estamos como estamos. ¡Reconcer esto es muy fuerte! Pero yo creo que estas cosas siempre llegan en el momento indicado, si hubiera llegado antes no sé si habría estado tan preparado. Era el año 2005, no había redes sociales, y no conocía a nadie de mi entorno que hablara sobre el autoconocimiento o la transformación personal. Yo mismo tenía mis prejuicios frente a estos temas.
—¿Y en qué momento descubrís que estás destinado a compartir esta herramienta con los demás?
—Fue tal el impacto que me causó el Eneagrama, que durante los meses siguientes regalé aquel libro a más de cincuenta personas. Quería que todo el mundo se conociera a sí mismo a través de este mapa de la personalidad. Sentía que debían hacerlo. Por eso no dudaba en pegarle la chapa a cualquiera que se cruzara por mi camino. La verdad es que no tuve mucho éxito. Me daba de bruces una y otra vez contra el muro de los prejuicios, constatando que si bien podía ofrecer agua, no podía dar sed. Finalmente, a raíz de la idea brillante de un amigo, en el año 2006 organicé mi primer taller en Barcelona. Tenía tan claro lo valiosísima que era esta herramienta que no lo dudé un instante. Así fue como a los veinticinco años me puse delante de otros quince buscadores para explicarles en qué consistía. Si bien me causaba pánico hablar en público, a los pocos minutos sentí cómo la vida hablaba a través mío. De pronto no había ni rastro de mí, tan solo una indescriptible sensación de entusiasmo y plenitud. Fue entonces cuando tuve la certeza de que había nacido para hacerlo accesible al máximo número de buscadores posible.
Tú eres lo único que falta en tu vida es su último libro, con el que busca compartir su profundo conocimiento sobre esta herramienta con la mayor cantidad de personas.
—En enero de 2008 publicaste tu primer libro, Encantado de conocerme. Y quince años después ya está disponible en librerías Tú eres lo único que falta en tu vida, el compendio definitivo sobre el Eneagrama. ¿Qué diferencia a un libro de otro?
—Con la finalidad de aportar valor a los alumnos que se animaban a venir a mis cursos, redacté un documento con información muy básica acerca de los nueve eneatipos. Con el tiempo fui ampliando y perfeccionando este documento, el cual terminó convirtiéndose en Encantado de conocerme, mi primer libro. Es un libro periodístico muy introductorio y tiene más que ver con mi nivel de consciencia en aquel momento. Llevaba poco tiempo conociéndome y compartiendo la herramienta. Con los años mi visión del Eneagrama ha ido evolucionando y madurando, ya no solamente desde el legado de otros autores, sino desde mi propia experiencia y concepción de las cosas. Es por esto que el año pasado me sentí impulsado a escribir un libro más exhaustivo y completo. Tú eres lo único que falta en tu vida está escrito con mi propia voz y mi propia visión, evito los conceptos clásicos que son más técnicos, para que cualquier persona pueda empaparse de esta sabiduría, no solamente a nivel introductorio sino también a nivel profundo. He intentado introducir innovaciones, sobre todo, en la manera en que configuro la información sobre el ego, el proceso de transformación y el ser esencial de cada eneatipo. Y cuento con evidencia empírica basada en los participantes que llevo conociendo en mis cursos presenciales.
—El Eneagrama brinda un pantallazo de los rasgos del ego y del ser esencial que puede manifestar cada eneatipo para que seamos más conscientes de las luces y sombras que habitan dentro nuestro. ¿Cómo diferenciarías estos conceptos?
—Ego en latín quiere decir “yo”. Es un parásito psíquico al que no demonizo, porque creo que es necesario para sobrevivir emocionalmente los primeros años de vida. Pero en la edad adulta se puede convertir en una jaula mental, ya que te puede llevar a percibir la realidad desde ti. El exceso de ego puede alejarnos por completo de la felicidad y de la dimensión espiritual, sumergiéndonos en un sinfín de perturbaciones. Hoy en día, el ego es la principal fuente de conflictos y división de la humanidad. Resulta inevitable que haya un punto egocéntrico en todos nosotros, y que tengamos diferentes percepciones. El tema es no estar excesivamente identificados con nuestro yo, para priorizar la empatía, la compasión, el amor. Y dejar más espacio para integrar, para poder ponerte en la piel del otro y ver las cosas desde otra perspectiva.
—¿Esa es la invitación que nos propone a cada uno? ¿Dejar al ego a un lado y conectar más con nuestra esencia?
—Cuánto más enganchado estás con el ego, más diminuta y limitada es tu percepción. Y atraes más sufrimiento y más conflicto. La invitación del Eneagrama es a desvincularte del ego para dejar de actuar de forma autómata, reactiva, egocéntrica y victimista. ¡Nos damos demasiada importancia a nosotros mismos! En la medida en que tu conciencia se va ampliando puedes observar tu mente, tus pensamientos, tus emociones, sin identificarte o engancharte con ellos. Eso es lo que falta en nuestra vida, más momentos de desidentificación y conexión con el Dios, con la fuente, con la divinidad, con el espíritu, con el ser, llamalo como quieras, que te lleven a trascender el ego.
En su recorrido como escritor lleva publicados más de ocho libros vinculados al despertar de la consciencia y al autoconocimiento.
—¿Cómo podemos darnos cuenta de que estamos integrando bien las enseñanzas del Eneagrama?
—Cada uno de nosotros nace con un eneatipo determinado. Para poder crecer y evolucionar como seres humanos, el primer paso consiste en identificar cuál es nuestro eneatipo dominante: aquel que determina nuestra herida de nacimiento. El eneatipo nos delata cuál es nuestro rasgo más característico de comportamiento, tanto cuando vivimos identificados con el ego, como cuando reconectamos con nuestro verdadero ser. Te puedes dar cuenta que estás integrando bien el Eneagrama cuando empiezas a cosechar resultados mucho más satisfactorios en tu vida. Lo sientes en tu interior, a nivel emocional. En vez de ira, sientes más serenidad. En vez de miedo, sientes más confianza. En vez de tristeza, sientes más alegría. Hay más presencia, más paz, más dicha. Sabes regular mucho mejor tus emociones, identificar tus creencias limitantes, observar tus pensamientos y, sobre todo, vivir desidentificado de tu mente y del ego. Y, por ende, mejoras tus relaciones interpersonales, eres más comprensivo, más compasivo y más flexible.
Borja asegura que gracias al Eneagrama podemos tener una idea mucho más clara sobre nuestro propósito y nuestros talentos, ya que nos puede ayudar a encontrar el sentido de nuestra vida. Y sobre todo, conocernos a nivel cuerpo-mente-espíritu, distinguiendo qué necesitamos para vivir más conectados y armonizados con el ser. “Y llega un punto en que te aceptas a ti mismo tal cuál eres. Independientemente de si estás más centrado o descentrado, hay una sonrisa cómplice porque te das cuenta de que no controlamos nada. Hay una aceptación incondicional subyacente gracias a la cuál cada vez nos oponemos menos y, por lo tanto, generamos menos sufrimiento.”
—¿En qué ámbitos lo aplicás para aprovechar todo su potencial?
—Evidentemente, para mí el ámbito más potente es el del autoconocimiento psico-espiritual. No he conocido ninguna otra herramienta tan útil, tan práctica, tan sencilla ni tan transformadora. Yo la utilizo en mi relación de pareja. Me ha ayudado mucho en las dinámicas con mi mujer, porque el ego ahí se pone las botas y hay que poder intimar. Y en la relación con mis hijos también, porque cada uno es singular y necesita cosas diferentes. En mi experiencia, la institución más disfuncional del mundo es la familia, porque genera mucho conflicto y sufrimiento. Todo empieza ahí. Entonces, si buscamos armonizarla, el Eneagrama puede llegar a generar mucha complicidad entre todos los miembros. Te ayuda a desarrollar más respeto y a disminuir el drama.
Kuestiona Experience es el festival consciente que organiza cada año. En su última edición consiguió reunir a más de mil personas.
—¿Hay una edad concreta en la que recomiendes dar a conocer esta herramienta?
—Lo veo en mis hijos, Lucía y Lucas, que ahora ya tienen diez y ocho años, respectivamente. Ellos, a su manera, aunque son pequeños, conocen el Eneagrama y saben cuál es su eneatipo. En nuestras conversaciones, cuando chocamos o discutimos, a veces cinco minutos después me dicen: “Papá, lo siento mucho, me he descentrado”, y me dejan asombrado. Me sobran dedos en la mano para nombrar a los adultos que alguna vez se han disculpado al tener un encontronazo conmigo. Evidentemente, en cada momento evolutivo el cerebro da para lo que da, pero yo creo que la edad es un prejuicio, porque un niño puede tener muchísima más autoconsciencia que un adulto.
«Hoy en día, el ego es la principal fuente de conflictos y división de la humanidad. Resulta inevitable que haya un punto egocéntrico en todos nosotros, y que tengamos diferentes percepciones, el tema es no estar excesivamente identificados con nuestro yo, para priorizar la empatía, la compasión, el amor. Y dejar más espacio para integrar, para poder ponerte en la piel del otro y ver las cosas desde otra perspectiva».
—¿De qué manera podemos ayudar a los niños a cuestionar su modelo mental?
—Los niños aprenden por educación, por repetición, por nuestro ejemplo. Si tienen padres o maestros conscientes que se están trabajando a sí mismos y emplean conceptos de educación emocional, se nota. La forma en que nos relacionamos y conversamos entre nosotros va calando hondo en ellos. Ellos aprenden a través de las neuronas espejo. Yo no soy ningún ejemplo, porque tengo aún muchos demonios internos y movidas por iluminar, pero siento que con mis hijos puedo hablar de muchas cosas que con otras personas no puedo, y eso para mí es un parámetro del nivel de apertura y trabajo interior que estoy dispuesto a tener.
—Hablemos sobre Terra, tu proyecto de escuela consciente que abrirá sus puertas en 2024, en Barcelona. ¿Cuál es la reforma de base que te gustaría ver en la educación? ¿Cuáles son los pilares que sostendrán a Terra?
—Para mí, la reforma que se tiene que dar tiene que ver con la forma en la que concebimos a la condición humana. Los niños son semillas (por eso mi proyecto de escuela consciente se llama Terra) y estas semillas contienen algo innato, que viene de serie. Desde el día en que nacieron los niños tienen un esqueleto físico y un esqueleto psicológico, y luego toda una singularidad, un tipo de inteligencia, talento y motivación. Entonces el enfoque es que, dentro de un marco homologado, acompañemos a esas semillas en las diferentes etapas evolutivas para que florezcan de forma natural y orgánica, a través de las once dimensiones de la educación consciente: emocional, corporal, espiritual, artística, científica, ecológica, financiera, emprendedora, tecnológica, social y comunicativa. La idea es que puedan llevarse una caja de herramientas completa y que la educación también se vaya personalizando en función de la singularidad de cada niño. El valor añadido de Terra es que los adultos que acompañen a estos niños estén transformados, que se conozcan y estén equipados con todas las herramientas y metodologías de educación consciente, consolidándose como agentes de cambio dentro del sistema.
—Hay pocas cosas en este mundo que sufran de tanta inercia como la educación… ¿Creés que el sistema actual sigue valorando más a la razón, la memorización y la lógica, en lugar de la sensibilidad y la creatividad?
—¡Totalmente! El sistema educativo industrial está secuestrado por el hemisferio izquierdo del cerebro: lógico, racional, tangible, materialista, matemático. Y, de hecho, hay una presión social para que los niños estudien determinadas carreras. Pero esto no lleva a ningún lado, porque no existe ninguna garantía. Hoy en día las salidas laborales te las tienes que generar tú. Y con la llegada masiva de la robotización y la inteligencia artificial, por fin se va a ver que este sistema ha quedado obsoleto y se han de revolucionar sus metodologías. Nosotros queremos estar ahí para inspirar como un faro en este camino de consciencia educativa. Si apostamos por una educación que potencie lo más humano que hay en nosotros, tendremos más oportunidades de florecer en los nuevos mercados laborales. Creo que es inevitable que esto pase y todo el mundo lo entenderá por una cuestión de supervivencia y prosperidad. Hoy, ser una persona que cuestiona al sistema es un síntoma de inteligencia, porque te estás adelantando a lo que se avecina, que es imparable.
Para compartir sus conocimientos con la mayor cantidad de gente posible, Borja brinda encuentros presenciales y online.
—¿Pensás que el inconformismo es la llave de tu progreso y de tu éxito?
—El inconformismo es el leitmotiv de mi vida, entonces, es un motor. Personalmente, hay un trauma que mueve a mi inconformismo. Soy un tío muy traumado y, cuanto más mayor soy, más me doy cuenta de lo profundamente traumado que estoy. Pero parte de ese motor es luminoso, porque me hace querer seguir compartiendo con el mayor número de personas algo que a mí me ayuda mucho en mi vida personal y cotidiana. Por eso estoy completamente comprometido, motivado, obsesionado de forma saludable con mi propósito. El éxito es algo muy personal, no sé si alguien querría vivir mi vida, porque es una locura. Por suerte tengo a mi pareja, mis hijos, mis amistades, mi vida personal, y soy muy consciente de que necesito un equilibrio.
—En ese sentido, ¿sentís que el Eneagrama te ayudó a trabajar la aceptación? Siendo Eneatipo 1 (el perfeccionista o el reformador), ¿creés que ese «uno» habla de tus grandes desafíos?
—Sin dudas, yo no sé lo que es la zona de comodidad y tengo que obligarme a parar. Con la edad estoy aprendiendo a equilibrar ese inconformismo, que es esa pulsión brutal que te mueve constantemente a liarla más parda y hacer nuevas aventuras pero, de vez en cuando, parar para celebrar lo que he hecho hasta ahora. Y valorar, agradecer, aceptar, fluir. Porque el inconformista siempre está mirando su ideal, su utopía, su visión, que por definición es inalcanzable. Y eso, si no lo sabes conjugar, genera mucha frustración y amargura. Estoy en ese punto, de aprender a vivir desde la aceptación. Mi madre siempre me decía que mi gen inconformista es mi grandeza y mi perdición (risas).
—¿Y ahora qué sigue? ¿Tenés algún proyecto en mente? Después de casi dos décadas de trayectoria profesional, ¿te seguís sintiendo en deuda con el Eneagrama?
—Ahora mismo es lo que le da sentido a mi vida. Compartir, comunicar, crear es mi terapia. Y me permite tener un proyecto de vida que me apasiona. Es lo que me mantiene cuerdo, joven, ilusionado. Después de dieciocho años siento que los cimientos empresariales ya están puestos. Pero a través mío, la consciencia va abriendo caminos para llegar cada vez a más gente. Entonces voy a seguir dedicando el resto de mi vida a esto, me parece divertidísimo y no tengo nada que perder. Ahora mismo, mi compromiso es llevar el autoconocimiento a la industria del cine y el entretenimiento consciente. Por otro lado, estoy trabajando en un monólogo de humor filosófico. Y también estoy escribiendo mi próximo libro que será sobre la soledad y está siendo un viajazo para mí.
¿Ya conocés cuál es tu eneatipo?
Al investigar los nueve tipos de personalidad del Eneagrama seguramente te sientas reflejado en todos, pero al profundizar lo suficiente podrás verificar que sólo uno define con más exactitud tu modelo mental particular. No se trata de quedarnos con las conductas y actitudes superficiales, sino con las motivaciones inconscientes y ocultas.
Estos son algunos de los lineamientos de cada uno de los nueve tipos de personalidad que esta herramienta propone:
Eneatipo 1: Se siente imperfecto y crea un ideal de cómo debería ser. En el proceso se vuelve muy autoexigente y crítico consigo mismo. Y dado que nunca alcanza la perfección deseada, tiende a enfadarse y frustrarse con facilidad. Su aprendizaje pasa por transformar la ira en serenidad, aceptándose tal como es.
Eneatipo 2: No se quiere a sí mismo. Piensa que amarse es un acto egoísta y que lo importante es ser buena persona, priorizando siempre las necesidades de los demás. Cree que cuanto más ayude a la gente, más le querrán. Pero en el proceso se olvida de sí mismo, se vuelve dependiente e incapaz de estar en soledad. Su aprendizaje pasa por atender primero a sus propias necesidades emocionales.
Eneatipo 3: Piensa que si no sobresale en algún ámbito, nadie lo tendrá en cuenta. Y que su valía como ser humano depende de sus logros profesionales. Tiende a obsesionarse con la imagen, el éxito y el reconocimiento. Su aprendizaje pasa por transformar su vanidad, valorándose por lo que es en vez de lo que hace, tiene o consigue.
Eneatipo 4: No se ve a sí mismo. Para compensar su complejo de inferioridad, fuerza convertirse en una persona única, especial y diferente. Al compararse con otros suele considerar que le falta “algo” para ser feliz, sumiéndose en la envidia, la tristeza y la melancolía. Suele sentirse incomprendido y padece frecuentes altibajos emocionales. Su aprendizaje pasa por interesarse más por los demás.
Eneatipo 5: Es incapaz de relacionarse emocionalmente con los demás. El contacto físico le incomoda y abruma. Suele ser distante, frío y reservado. Tiende a encerrarse en su mundo racional, teórico e intelectual. Acumula conocimiento sin sentirse preparado para pasar a la acción. Su aprendizaje pasa por conectar con su corazón, encontrando el equilibrio entre lo que piensa y lo que siente.
Eneatipo 6: No confía en sí mismo. A menudo le invade el miedo y la ansiedad. Vive en un permanente estado de alerta para no estar desprevenido. Tiende a preocuparse obsesivamente con tomar decisiones que le garanticen la seguridad y suele preguntar a otras personas qué hacer con su vida. Su aprendizaje pasa por transformar su cobardía en coraje, cultivando la confianza en sí mismo.
Eneatipo 7: No soporta contactar con el vacío y el dolor. Tiende a desarrollar una personalidad divertida, alegre y positiva, utilizando el sentido del humor como mecanismo de defensa. Suele ser hiperactivo y hedonista. Es muy disperso y le cuesta mucho estar presente y concentrarse. Su aprendizaje pasa por cultivar el silencio y el arte de hacer nada, en vez de perderse en el laberinto de la evasión.
Eneatipo 8: Suele protegerse tras una coraza y vivir a la defensiva, reaccionando agresivamente cuando se siente amenazado. Tiene una personalidad fuerte. Le gusta estar al mando de las situaciones. Su aprendizaje pasa por soltar el control y aceptar su vulnerabilidad, comprendiendo que nadie puede herirle emocionalmente sin su consentimiento.
Eneatipo 9: No sabe lidiar con el enfado de quiénes le rodean. Tiende a infravalorarse, suele pasar inadvertido y evita tomar partido para no molestar a nadie. Le cuesta mucho decir “no”. Cree que su opinión no importa y tiende a amoldarse al pensamiento general. Su aprendizaje pasa por transformar su pereza en proactividad, haciéndose valer y aportando valor al mundo.
Si querés dar un paso más y conocerte mejor a través del Eneagrama, podés anotarte en el Curso de Eneagrama Online que imparte Borja Vilaseca.
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