Solidaridad
1 octubre, 2021
Ellos te necesitan: ayudalos donando computadoras y equipos de audio en desuso
Hoy te compartimos estas propuestas solidarias para que conozcas las historias de Adriana von Kaull y Daniel Lizabe, dos personas que decidieron poner el corazón en acción. ¿Te gustaría apoyarlos para que sus proyectos sigan creciendo?

Aunque son distintos, estos relatos tienen un denominador común: las ganas inmensas de sus protagonistas por hacer visible una realidad que muchas veces duele, pero que también ofrece esperanza a quienes las están transitando. Por un lado, la Asociación Civil María de las Cárceles muestra la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los internos carcelarios de nuestro país, alojados en unidades penitenciarias donde muchas veces no es fácil encontrar la manera de reinsertarse laboral y socialmente, pero con quienes trabaja para devolverles la dignidad y para que, al salir, no vuelvan a caer en las adicciones y en la delincuencia. Por el otro, la Fundación Utopías, que pone de manifiesto el complejo camino que debe transitar una familia cuyo hijo o hija ha recibido un diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y, de pronto, siente que el mundo tal como lo conocía se ha derrumbado y debe emprender un derrotero de consultas y búsquedas para ayudar a que ese chico o ese joven pueda potenciar sus recursos y maximizar cada logro a lo largo de su vida.
Por eso te compartimos estas dos historias con la ilusión de que en ellas encuentres inspiración para poner en marcha tu espíritu solidario y conozcas nuevas formas de colaborar con un país mejor.

Adriana en una de las seis cárceles donde trabaja desde hace 28 años para devolverle la dignidad a los presos.
Adriana von Kaull: “Para ayudar hay que dejar de lado los prejuicios”
? Fundación: Asociación Civil María de las cárceles.
? Misión: Crear y desarrollar lazos entre la cárcel y la sociedad.
? Obra: Reciben computadoras fuera de funcionamiento para que sean reparadas por los internos y luego las donan a escuelas de bajos recursos. Además brindan distintos talleres de capacitación.
Hace 28 años que, con una energía arrolladora, Adriana comenzó a frecuentar las cárceles en busca de hacer algo para ayudar. Primero dio catequesis a los internos, después sintió la necesidad de ir un poco más allá. “Cuando entrás ves las necesidades que hay, la soledad, la angustia, la violencia. Así que empecé a dar talleres de todo, porque cuando los mantenés ocupados están tranquilos”, relata. Así fue como creó una fundación que trabaja brindando capacitación laboral, contención y ayuda espiritual en 6 unidades penales. “Miro hacia atrás no lo puedo creer, es impresionante lo que hemos logrado, a pesar de la corrupción del sistema penitenciario y del gran problema de la droga”, confiesa.
“La cárcel es un lugar muy hostil. Por eso, generarles una responsabilidad es nuestra mejor arma, porque así se sienten dignos y capaces de hacer. La mayoría no había manejado una computadora en su vida, muchos ni sabían cómo encenderla. Y ahora les dan clases a sus compañeros”.
La pandemia no le impidió continuar con la tarea. Y aunque los talleres de capacitación dejaron de ser presenciales, se hicieron igual a distancia. Nunca se les pasó por la cabeza dejar de brindar esos espacios porque cada voluntario sabe lo importantes que son para quienes están privados de su libertad. “La cárcel es un lugar muy hostil. Por eso, generarles una responsabilidad es nuestra mejor arma, porque así se sienten dignos y capaces de hacer. La mayoría no había manejado una computadora en su vida, muchos ni sabían cómo encenderla. Y ahora les dan clases a sus compañeros”.
Ayudar a cambiarles la cabeza para que, al recuperar la libertad, no vuelvan a caer en la delincuencia es su mayor anhelo. Como pasó con Raúl, un hombre que enfrenta una larga condena y gracias al noble oficio de reparar computadoras logró sentirse útil, valorado y con ganas de progresar. Según comparte Adriana, lo dicen su esposa y sus hijos, quienes al visitarlo, antes lo encontraban siempre silencioso, como ausente. “Ahora tiene tema de conversación y el sueño de salir con un futuro gracias al trabajo”, cuenta orgullosa.

El equipo preparando las donaciones de computadoras reparadas por los internos para entregar en los colegios.
Una vez que, por medio de la dedicada labor de los internos, las computadoras están reparadas y funcionan correctamente, se donan a escuelas de bajos recursos de distintos puntos del país. “Recuerdo la emoción de una maestra rural que les enseñaba informática a los chicos con dos cartulinas dibujadas: una era el monitor y la otra el teclado. Gracias a la donación, sus alumnos pudieron tocar por fin una computadora de verdad. ¡Uf! Ese día lloramos todos”, comparte con la voz quebrada al recordar.
Aunque ella tampoco tuvo una vida fácil, siempre fue optimista, porque está convencida de que de los malos momentos también se puede sacar algo luminoso. Por eso trabaja junto a su equipo para construir un círculo virtuoso a partir de ese tejido que se ha dañado por las adicciones y la falta de oportunidades. “Todos tenemos la vocación de ayudar, es algo inherente a los seres humanos y yo creo que nunca vamos a poder salir adelante si no ponemos el hombro para el otro. Pero para hacerlo hay que dejar de lado los prejuicios”.
¿Cómo ayudar?
✅ Haciendo llegar a la fundación computadoras, sillas y materiales de oficina que estén en desuso.
✅ Ofreciéndote como voluntario para dictar talleres online.
Contacto:
Facebook: Asociación Civil María de las Cárceles | Instagram: @mariadelascarcelesoficial | Correo: mariadelascarceles@gmail.com | Celular: 5475.2523

Daniel y su hijo Juan en el estudio de FM Montessori, la radio que funciona en el living de su casa, en Catamarca.
Daniel Lizabe: “Quisiera que mi mensaje genere esperanza”
? Fundación: Utopías | FM Montessori
? Misión: Promover la vida digna y auto sustentable de las personas con discapacidad.
? Obra: Todos los días ponen al aire la frecuencia a FM Montesori, la única emisora de Argentina y del mundo dirigida por un joven con Trastorno del Espectro Autista que sale al aire las 24 horas.
Esta es la historia de Juan, pero también de su hermana Sofía, de su mamá Raquel y de Daniel, su papá. Un hombre decidido a desmistificar el significado de una palabra que escuchó por primera vez en su vida cuando su hijo mayor, el primogénito, fue diagnosticado con autismo. “Ni siquiera sabía si se escribía o no con hache”, bromea este catamarqueño que junto a su mujer recorrió miles de kilómetros para brindarle la mejor atención a su hijo en consultas que tenían lugar en otras provincias. “En Catamarca, hace 20 años, no había nada. Y cuando recibís la noticia es complicado: no conocía a nadie con esta condición, lo único que había visto era una película”, relata. Así nació en él la necesidad de compartir con otros su experiencia con la certeza de que el autismo no es inhabilitante, pero requiere comprensión y mucho amor.
“Quiero que esto que les cuento genere esperanza. Y que si a tu hijo le diagnostican autismo no sientas que es el fin del mundo. No te digo que va a ser fácil, pero siempre lo podés apoyar desde lo que tiene y no desde lo que le falta. ¿Un consejo? Que si le gusta pintar le compres acuarelas, pinceles, pinturitas”.
En su hijo, la primera señal antes de recibir el diagnóstico fueron los juegos: si Juan recibía una bicicleta de regalo no iba corriendo a subirse, sino que se quedaba mirando cómo se movían las ruedas. Y lo mismo pasaba cuando encendían el ventilador de techo o ponían en marcha el lavarropas. “Además le costaba el lenguaje, habló mucho más tarde que otros chicos, pero con tiempo y paciencia fue haciendo grandes progresos”. Tanto, que estudió en una escuela común y, de hecho, fue en el Colegio Montessori de Catamarca que descubrió su gran afición por la tecnología.
“Una vez, siendo chiquito, estábamos comiendo y le pregunté qué quería ser, entonces él, muy seguro, respondió: ‘Operador de una FM’. ¡Andá a saber de dónde lo sacó! Lo primero que pensé fue buscar algo en el Estado para que le dieran la posibilidad ahí, en la franja de la madrugada, esa que nadie escucha. Pero después se me ocurrió que lo podíamos hacer en casa, así que compramos un equipo y montamos un estudio en el living. Y a los 14 años, Juan ya tenía su propia emisora”.

Juan fue diagnosticado con TEA de pequeño y desde entonces su familia lo acompaña con paciencia y mucho amor.
Hoy, con 24 y una amplia experiencia en el manejo técnico, Juan participa junto a su familia en congresos internacionales sobre autismo. “El objetivo de la fundación es dar una vida digna y autosustentable a las personas con discapacidad. Hemos tenido operadores sordos y locutores ciegos. Por eso, nuestro mayor sueño es conseguir anunciantes para brindar más y mejores oportunidades”, sostiene Daniel, convencido de que darles una ocupación es fundamental para lograr nuevos progresos.
Aparte de la radio, su hijo digitaliza casetes de VHS y pasa la información a pendrives. “Hace poco le pagaron por primera vez y él andaba feliz con su plata… pero de gastarla ¡ni hablar!”. ¿Qué le gustaría lograr a don Lizabe? “Quiero que esto que les cuento genere esperanza. Y que si a tu hijo le diagnostican autismo no sientas que es el fin del mundo. No te digo que va a ser fácil, pero siempre lo podés apoyar desde lo que tiene y no desde lo que le falta. ¿Un consejo? Que si le gusta pintar le compres acuarelas, pinceles, pinturitas. Y si quiere jugar al fútbol unos lindos botines para que salga a patear”.
¿Cómo ayudar?
✅ Donando equipos de audio y sonido que ya no se usen (esos que muchas veces las emisoras grandes descartan). Hoy necesitan un procesador de audio de buena calidad.
✅ Auspiciando alguno de los programas que se emiten por FM Montessori, en la frecuencia 95.7 de la provincia de Catamarca.
Contacto:
Facebook: Fundación Utopías Instagram: @fundacionutopias | Correo: daniellizabe@hotmail.com | Celular: 3834509259
Agradecimiento: Paula Torres @paulatorresrse
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