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Salud

26 diciembre, 2016

El arte de escuchar el cuerpo

En esta entrevista, la terapeuta Ángeles Wolder Helling nos revela algunos detalles de su nuevo libro, en el que propone abordar las enfermedades, descodificándolas. "El camino hacia la salud pasa por aprender de los conflictos que vivimos", sostiene.


Un dolor constante o una enfermedad crónica. La imposibilidad de comer o de dormir correctamente. Ese malestar impreciso, permanente, que no cesa… ¿Qué nos quiere decir el cuerpo a través de cada dolencia? ¿Por qué, tantas veces, nos cuesta tanto escucharlo a tiempo y ponernos manos a la obra para sanarlo?

«Durante toda nuestra vida vivimos situaciones desestabilizantes que nuestro cuerpo debe reequilibrar. Pero ¿nos afecta a todos por igual el mismo momento de estrés? ¿Qué diferencia hay entre un conflicto biológico y uno psicológico? ¿Cómo aprender a escuchar nuestro cuerpo de forma eficiente e inteligente?», propone El Arte de Escuchar el Cuerpo (Círculo Rojo), el nuevo libro de Ángeles Wolder Helling, quien explica, a través de la Descodificación Biológica Original, cómo nuestro consiente biológico puede ser un gran aliado, si escuchamos y entendemos de qué manera se «codifican» las enfermedades en nuestro organismo. «El camino hacia la salud pasa por aprender de los conflictos que vivimos», señala la autora de este texto, cuyo objetivo es explicar cuál es el paradigma de la salud, a través de la comprensión de las enfermedades.

Con la curiosidad a flor de piel nos dispusimos a conocer más sobre este trabajo, y para eso entrevistamos a la profesora Ángeles Wolder Helling (ver recuadro), quien reconoce: «Siempre he sido una apasionada del estudio del ser humano y de nuestro cuerpo. Por eso decidí crear la Escuela de Descodificación Biológica Original, que actualmente dirijo. Allí he podido dar a conocer a otros esta disciplina, así como también acompañar a aquellas personas que quieren entender lo que les ocurre cuando algo no funciona bien en su existencia, para cambiarlo«.

–¿De qué manera se unieron en el libro conocimientos y experiencias personales, tanto propias como ajenas?

–A lo largo de estos años, gracias a cada una de las personas que me abrió su corazón, he podido recoger experiencias y transformar sus historias en una nueva mirada hacia la vida, ayudándolas a reestablecer su equilibrio interior. Todas estas vivencias se fueron recogiendo en notas que posteriormente se convirtieron en capítulos de lo que hoy es El Arte de Escuchar el Cuerpo. Este proceso que ha durado varios años, donde he escrito y reescrito, me ha servido para ofrecer un libro que acerca al lector a la temática de una manera sencilla, estructurada y amplia, sin olvidar el trabajo interior que podemos realizar cada uno de nosotros con la simple acción de detenernos un momento y escuchar a nuestro cuerpo.

–Para quienes no solemos indagar en estas cuestiones: ¿de qué forma podríamos aplicar estos principios nuestra vida cotidiana?

–Antes de la aparición de un síntoma, la persona ha vivido un choque biológico o conflicto; un problema que se le viene encima de golpe y no puede expresar. La Descodificación Biológica Original acompaña a la persona a encontrar ese origen conflictual cuando se padece un síntoma, una enfermedad o se lleva una existencia que se quiere cambiar. Pongamos un ejemplo: en muchas ocasiones la persona tiene una experiencia dramática, inesperada, sin solución en el momento del evento y sin expresión. Algo cambió y se vive con un gran estrés. La respuesta a este evento viene desde el cerebro y desde el cuerpo que, al cabo de un tiempo (unos minutos, unas horas, una semana, un mes, un año o después de varios años), necesita sacarlo al exterior, descargando la tensión acumulada.

Ángeles Wolder Helling

Completó los estudios de licenciatura en kinesiología (Fisioterapia) en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de Profesora en Enseñanza Universitaria en la Universidad de Belgrano. Fue profesora de Anatomía en la UBA durante diez años, hasta que se radicó en Cataluña, España, donde trabajó en diversas universidades.
Se especializó en Ergonomía y Psicosociología e inició el contacto con el área de terapias complementarias.
También se formó en Antropología Social y Cultural en la UAB y brindó numerosos talleres de desarrollo personal usando las herramientas de la Descodificación Biológica.
El arte de escuchar el cuerpo es su primer libro de Descodificación Biológica Original. Desde el año 2010 escribe en el blog www.descodificacionbiologica.es

–¿Cómo se realiza el acompañamiento terapéutico?

–Mirando la enfermedad como una respuesta de nuestro cuerpo destinada a avisarnos que debemos cambiar la manera de vivir, para no volver a atravesar el conflicto biológico que nos hace recaer en los mismos síntomas. El trabajo terapéutico otorga a la persona herramientas para transformar su debilidad en su fortaleza, para mejorar su día a día con la familia, su relación de pareja o el trabajo; para que aquello que antes nos parecía un conflicto de desvalorización, ya no lo sea. Debemos ver que los conflictos afectan a nuestro cuerpo a nivel de los síntomas, pero también en la forma en que tomamos decisiones.

–En ese sentido, ¿qué quiere decir que las enfermedades se «codifican» y cuál es el poder que tenemos los seres humanos a la hora de sanar nuestro cuerpo?

–Cuando un paciente quiere cambiar algo en su vida, porque le provoca un síntoma a nivel físico, psíquico, existencial o de comportamiento, se observa que ese malestar es parte de la psique. Todos tenemos formas de reaccionar ante los eventos o problemas que se nos presentan en la vida. Pero no todos sentimos que las situaciones problemáticas se conviertan en una tragedia. Cuando el drama se instala en el alma, una parte especifica del cerebro capta la tonalidad del dolor y le da la orden al órgano específico, que «habla» la metáfora biológica de esa forma de vivir. Por ejemplo, si se vive algo como «intragable», hará un síntoma el esófago. Si se vive como «sucio y asqueroso», serán el colon o el recto las partes físicas que reaccionen y el síntoma podría ser una diarrea para eliminar más rápido eso que nos resulta inmundo. El cuerpo busca por sí mismo volver al equilibrio y cuando nuestra cabeza percibe que hay algo que le preocupa; se pone en disponibilidad de hacer lo necesario para poder seguir vivo. Ese es el programa biológico de la naturaleza que, médicamente, se llama enfermedad.

–¿Y de qué manera opera la codificación?

–Ante un conflicto, el cerebro capta la tonalidad de la vivencia y el cuerpo hace el síntoma correspondiente. Eso es codificar. Descodificar, por su parte, es ir hacia atrás: encontrar el momento en que se vivió el problema, usar la memoria de las sensaciones corporales y descargarlas para liberar la historia y que el cuerpo se recupere. En este proceso de codificación de las enfermedades, cada uno de nosotros puede intervenir con una escucha biológica para restablecer el correcto funcionamiento entre psique-cerebro-órgano. Tenemos los recursos para desactivar aquellas sensaciones que vivimos en un instante y que nuestro cuerpo expresa con su lenguaje propio: el síntoma. Así iremos descubriendo cómo habla cada órgano. Frente cualquier tipo de enfermedad, el terapeuta ofrece acompañamiento a través de diferentes herramientas terapéuticas de distintos campos, con el fin de descargar la tensión del estrés vivido: relajación, dibujo inconsciente, uso de cuentos, metáforas terapéuticas, psicogenealogía, ciclos celulares biológicos…

–Muchas personas que enferman sienten que son responsables de aquello que les pasa. ¿Qué les podés decir a quienes atraviesan situaciones tan delicadas, para que no pierdan de vista la esperanza y el objetivo de curarse?

–Primero, cabe destacar que el paciente siempre viene a consulta porque tiene la necesidad de cambiar algo que no funciona. Por eso, es muy importante el rol del terapeuta cuando trabaja junto al paciente a la hora de respetar y acogerlo, para que pueda aprender de lo vivido sin sentimiento de culpabilidad. Hoy somos lo que somos gracias a lo vivido y debemos respetar aquello que nos dieron nuestros padres y ancestros, así como también la totalidad de experiencias de nuestra vida. Todo nos conforma y cada uno ha hecho lo que ha podido, según el nivel de conciencia de cada momento.

En una consulta de Descodificación Biológica Original, la persona busca encontrar respuestas complementarias a las conocidas. Cuando algo no funciona en nuestro cuerpo, en muchas ocasiones tomamos un medicamento para silenciar el mensaje que nos quiere transmitir. Eso está bien si se necesita aliviar una gran molestia, pero si además surge la pregunta de qué pudo haber ocurrido para llegar hasta ahí, con el fin de encontrar la causa de la enfermedad, el camino es otro. Desde hace tiempo, la persona necesita encontrar un sentido y la enfermedad no es la excepción. Cada época ofrece respuestas diferentes, pero hoy en día la medicina convencional no puede responder a preguntas como «¿Por qué se enfermó, si se cuidaba mucho?» o «¿Por qué los factores de riesgo influyen en unas personas y en otras personas no?». Si miramos la enfermedad desde otra perspectiva, es posible que la respuesta que nos llegue nos permitan comprender muchos interrogantes y establecer conexiones esclarecedoras.

–Tomaremos prestada una de las preguntas que el libro plantea: «¿cómo podemos aprender a escuchar nuestro cuerpo de forma inteligente?».

–A través de las páginas, el lector irá tomando consciencia de su cuerpo e iniciará un trabajo para empezar a entrenar la escucha antes y después de presentarse la enfermedad. Será entonces cuando descubriremos que nuestro cuerpo nos ayuda a encontrar la información sobre lo que hemos vivido y cómo lo hemos vivido. No solamente en nuestra vida, también en nuestras etapas biográficas y prebiográficas, éstas últimas más conocidas como «transgeneracionales», es decir vinculadas a nuestros ancestros. ¿Y cómo podemos aprender a escuchar nuestro cuerpo de forma eficiente e inteligente? Cuando nos ocurra algo que nos desestabilice, en lugar de querer escapar de lo que nos está pasando, invito a cerrar los ojos y a atender las sensaciones corporales. Eso es estar en la escucha. Lo bueno es que podemos practicarla en cualquier instante, como por ejemplo viendo una película, leyendo un libro o presenciando una charla. Si en algún instante surgen emociones y sensaciones en el cuerpo, aprovechemos para cerrar los ojos y sentir. Es una maravilla poder contactar con lo que somos, porque somos lo que somos gracias al camino recorrido. Y eso es, justamente, lo que está grabado en nuestro cuerpo.

–¿Cuál es la recepción que tiene este método en la comunidad científica, que en general es cautelosa con estos temas?

–La Escuela de Descodificación Biológica Original nace en el año 2010 y tiene la sede en Barcelona y actualmente imparte formación y asesoramiento terapéutico en España, México y Argentina. Concretamente en Buenos Aires se ha certificado en diciembre de 2016 la primera generación de Descodificadores Biológicos. El próximo marzo de 2017 se iniciará la segunda generación, tanto en Buenos Aires como en Uruguay.

Hasta la fecha, cabe destacar el trabajo que se realiza desde escuelas como la nuestra o asociaciones y federaciones para difundir el conocimiento de este nuevo paradigma con rigurosidad y profesionalismo, así como trabajos conjuntos para llegar a una aceptación generalizada. El resultado, de momento, es el incremento del número de seguidores que respetan y siguen los caminos que plantean las diferentes terapias complementarias. Por nuestra parte, hemos incrementado el número de alumnos que provienen de la rama de la salud.

–Por último y a modo de ayuda: ¿cuáles son las guías que podés dejarnos para comenzar a transitar el camino hacia una mejor forma de vivir y de conectarnos con aquello que nos pasa, de cara al nuevo año que comienza?

–Siento que el camino hacia una vida más saludable, en todos los sentidos, pasa por conectar con nuestro cuerpo, por ser más consciente de cómo somos, cómo actuamos, cuáles son nuestras reacciones estereotipadas, observar nuestra construcción y desactivar esos programas iniciales que tanto daño nos hacen. Porque, cuando hemos vaciado los dolores, es más fácil aceptarnos y modificar aquello que nos desagrada o incomoda.

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