Artes
23 mayo, 2023
¿Cuál es la vida verdadera?
En un mundo en el que prevalecen las imágenes digitales, el artista chileno Manuel Ugarte reflexiona en sus pinturas realistas sobre qué es lo real y qué es lo ilusorio de la vida, una idea que abordó Calderón de la Barca siglos atrás y que nos interpela hasta hoy.

La obra Viaje, de la muestra «Otra vida» (Foto: Gentileza Manuel Ugarte).
Por Lucía Vázquez Ger
El asombro ante lo cotidiano es una temática recurrente en la trayectoria artística del pintor chileno Manuel Ugarte (34). Ésta aparece generalmente planteada en representaciones de espacios íntimos del hogar o sus exteriores. Lienzos al óleo y una marcada técnica realista rememoran al francés Gustave Courbet, fundador y exponente del realismo del siglo XIX. Las obras de Ugarte invitan a mirar el entorno desde otra perspectiva, a reparar en la singularidad de los objetos o situaciones que nos rodean. Sus imágenes generan atmósferas: transmiten olores, sensaciones, recuerdos y misterio.
“¿Cuál es la vida verdadera? ¿La de los hechos, o la de la ilusión o el sueño?”, se preguntó Ugarte en una conversación sobre su trayectoria artística, entablada con Sophia en Santiago de Chile. Probablemente, Calderón de la Barca, autor de la obra “La vida es sueño”, se habría inclinado por la segunda opción.
En dos muestras de este pintor chileno que están actualmente y hasta finales de mes en la cartelera de la capital trasandina, el artista plantea, desde un realismo pictórico, estas dos formas de abordar la respuesta: en un caso, desde lo concreto de lo cotidiano, y en el otro, desde la ilusión o el ensueño que a veces envuelve el día a día. Seguramente no se trate de dos respuestas dicotómicas ni cerradas, sino, de dos partes de una misma observación abierta de la realidad.
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Las cosas
La obra “Las Cosas”, de cuatro metros y medio por tres, reposa como una instalación de proporciones monumentales, que ocupa casi una pared de una antigua capilla carmelita hoy desacralizada y devenida en Centro Cultural de la Municipalidad de Providencia, en el barrio Bellavista de Santiago.
En el lienzo, las cosas rodean a su protagonista: una mujer de edad avanzada en su lecho. Como si fueran marcas de tiempo, hay objetos quietos, testigos de los años; otros guardados, testigos de momentos. Se ve por ejemplo, una lámpara de lágrima de otra época pintada con detalle; una escultura del escultor chileno Domingo García Huidobro colgando sobre la cama; o la pata de una silla de diseño vintage.

El artista junto a su trabajo, que se expone en una antigua capilla carmelita hoy desacralizada (Foto: Gentileza Manuel Ugarte).
Fiel a los óleos y al realismo naturalista, el pintor se plantea los problemas asociados a la forma de representar. “No se trata de reproducir una foto o de competir en verosimilitud con una cámara fotográfica, sino de impregnarse de la percepción subjetiva de la realidad desde mis sentidos, e intentar entender cómo funciona, cómo llega a aparecer frente a mis ojos de una cierta manera. Y luego, encontrar las estrategias pictóricas para traducir esas sensaciones. El foco está en buscar capturar la esencia de cada cosa”, explica Ugarte.
Para lograr las figuras de esta obra, el pintor aplicó técnicas variadas: desde pintura abstracta, puntillismo, expresionismo, o realismo norteamericano. “En la piel de la anciana, empecé con un procedimiento fotorrealista y no funcionó; no se capturaba lo que me parecía más distintivo de esa piel tan particular: algo que tenía que ver con una piel delgada, traslúcida, manchada por los años, rugosa y abultada en partes. Por lo tanto, tuve que encontrar otra estrategia para abordar ese problema, una forma particular de poner la mancha y el color”, detalla.
Ugarte busca comunicar la escena sin tomar en este caso una postura sentimental sobre la vejez, “ni dulzona, ni macabra”, resalta. Simplemente, mostrar lo que vio. “En cierto sentido, mi método tiene algo similar al de un actor que estudia al personaje que va a representar hasta que se funde en él y de alguna manera lo habita. Es entonces cuando me siento preparado para abordar la imagen y empezar a pintar. El cuadro lo comencé en mi cabeza varios meses antes de ejecutar la pintura”, recuerda el artista.
La obra plantea las temáticas de la vejez, la soledad y el paso del tiempo. “Hay una lucha contra la muerte o contra el olvido. Un intento por recordar, por fijar ciertas cosas, modificándolas también, porque eso hace la memoria: tergiversa, inventa, completa”, dice.
A su vez, la obra invita a recuperar el asombro ante la pintura como lenguaje matérico, como cosa que ocupa un espacio determinado y el ritual del encuentro físico con ella, a modo de recordatorio lúdico, tal vez, de la necesidad de pinturas físicas en este mundo donde sobreabundan imágenes de la misma textura y tamaño que la pantalla de un dispositivo móvil.
Coordenadas: La muestra “Las cosas”, de Manuel Ugarte, se puede visitar hasta el 29 de mayo en el Centro Cultural Montecarmelo (Avenida Bellavista 0594, Providencia, Región Metropolitana, Chile).
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Otra vida
Mientras que en la muestra “Las Cosas”, Ugarte se posiciona ante la cotidianeidad de la vida desde un lugar más neutral y objetivo, buscando representar la realidad tal como fue percibida con sus sentidos, sin edición ni consideraciones estéticas en términos de armonía, en su muestra “La otra vida”, en cambio, introduce otros planos de la realidad y cambia la forma de comunicar lo observado. Elementos como la memoria, la ensoñación y el deseo, se infiltran en sus pinturas.
Las once obras de esta exposición muestran espacios íntimos y cotidianos de una casa y la huella de sus habitantes: un antiguo baño blanco en el que nada sucede y sin embargo se presiente que algo sucedió o sucederá; un baño verde en el que aparece un espejo que podría ser también un cuadro o una ventana: diferentes formas de la ilusión. Una naturaleza muerta de flores vista desde abajo; una mujer flotando en una bañera, en posición fetal y cubierta por hiedra [imagen que dialoga con la Ofelia de Millais]. Un jardín nocturno frente a una casa con faroles desde el que una mujer se asoma para ver el paisaje interior que se adivina tras el ventanal. Un perro durmiendo en una cama entre sábanas blancas deshechas contra una pared sobre la que cuelga un cuadro con una noche de luna. Una cama vacía, iluminada por la luz celeste del alba.

Noche, otro de sus trabajos que se pueden recorrer hasta fin de mes en Santiago (Foto: Gentileza Manuel Ugarte).
En las escenas de estas imágenes, algo está a punto de suceder; hay atmósferas de suspenso o ilusión y es posible entrever distintos planos de la percepción: “De la vigilia al sueño, de la aparición a la desaparición, de lo familiar a lo extraño”, dice Manuel.
“Me interesa ese momento todavía indeterminado que tiene la transformación cuando está sucediendo y no sabemos qué surgirá de ella. Ese momento en que esa otra vida comienza a aparecer y coexiste con la vida anterior. Ese momento en que la belleza se confunde con la amenaza y lo que creíamos conocer, lo cotidiano, se vuelve extraño a nuestros ojos otra vez”, reflexiona.
La extrañeza de lo cotidiano se cuela en estos óleos y las cosas tal como uno las ve ya no parecen ser la única realidad.
Coordenadas: La muestra “Otra vida”, de Manuel Ugarte, se puede visitar hasta el 28 de mayo en el Centro Cultural de Las Condes (Apoquindo 6570). De martes a domingos de 10:30 a 14:00 y de 15:00 a 19:00.

La obra Hiedra, una de las pinturas que forman parte de su muestra «Otra vida» (Foto: Gentileza Manuel Ugarte).
En redes: @manuelugarte
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