Sophia - Despliega el Alma

POR Adriana Amado - Columnistas

28 marzo, 2019

Los chats de mamis y el lobo feroz

Largas listas de preguntas, respuestas, repreguntas y más respuestas aguardan ser leídos en nuestros teléfonos. En los chats grupales de Whatsapp pocos atienden las reglas de la convivencia. ¿Es posible escucharnos en medio de la saturación?


Nada mejor para incomunicarse que meterse en un grupo de WhatsApp. No me refiero a los organizados para la intimidad cotidiana, sino a esas comunidades virtuales que pretenden agrupar a algunas de los 1300 millones de personas que usan esa red alrededor de alguna excusa.

Por más ilusiones de estar en contacto y por buenas intenciones que tenga el organizador, más pronto que tarde el grupo se manda a silencio.

«Nada mejor para incomunicarse que meterse en un grupo de WhatsApp»

El desasosiego es tan universal que hay consejos para sobrellevarlo en todos los idiomas, pero nadie parece atender las reglas de convivencia. Y no pasa solo en los grupos de camaradas confianzudos: ocurre incluso con gente que se supone seria, como los colegas de la profesión, que terminan convirtiendo el grupo en un sumidero de comentarios de discutible pertinencia. O en una catarata de reacciones a preguntas que buscan una sola respuesta. Antes de que se identifique el destinatario de “¿Quién se olvidó una bufanda en la salita rosa?”, decenas de mamis de criaturas con bufandita contestan yo-no-yo-no-yo-no-yo-no-yo-no.

La proverbial cortedad comunicativa de los hombres les da aquí una ventaja. Mientras ellos se limitan a un sí, no, ok, manito para arriba, nosotras ejercitamos las habilidades expresivas en la pantalla táctil.

Escenas de la vida cotidiana en forma de chats

Una parodia que se viralizó dramatizaba la diferencia entre grupos de padres y madres organizando un asado por WhatsApp. A ellos se los ridiculizaba porque después de un escueto intercambio para organizar las vituallas y confirmar asistencia, pasaban a los videos subidos de tono. A ellas se las parodiaba con preguntas, respuestas, repreguntas, recontra respuestas, confusión del día de reunión, equívocos en el menú y un intercambio sin fin (y sin resultados).

¿Lo peor? Entre tantos mensajes siempre hay lugar para el conflicto.

Los estereotipos sirven para hacernos pensar en esos rasgos que se convierten en caricatura a los ojos de los otros. Y la mejor forma de combatirlos es desautorizarlos: el estigma “mamis del cole” dejará de serlo si todas las del chat deciden compartir solo información relevante, sin parloteo ni intimidades, evitan los comentarios sobre quienes no están en el grupo y usan el servicio solo en horario laboral.

Mientras eso no ocurra, esos grupos permanecerán silenciados.

«Los estereotipos sirven para hacernos pensar en esos rasgos que se convierten en caricatura a los ojos de los otros. Y la mejor forma de combatirlos es desautorizarlos»

El problema es tan viejo como la fábula del pastorcito y el lobo, solo que ahora las ovejitas corren peligro en la pantalla del celular. Así, tanta campanita con mensajes hace que no prestemos atención ni a lo que había que leer. ¿Cómo que hay que poner mil pesos por mes para los cumpleaños? ¿Cuándo dijeron que no había clases?

Nuestra cultura sobrevalora la expresión. Sin embargo, la conversación es algo superador de la comunicación porque potencia la idea de comunión al ponerla en movimiento. La etimología dice que conversatio contiene reunión (con-); cambiar, dar vuelta (versare), y el sufijo de efecto (-tio). La conversación es llave para abrir los canales cerrados por saturación: simetría = nos equipara; solidaridad = nos entrelaza para compartir significados; simpatía = nos acerca el sentir del otro; sintonía = nos pone en la misma frecuencia.

Los chats son un flagelo, pero también pueden traer la oportunidad de construir una ética de la conversación. Una de hablar de igual a igual, de comprendemos además de expresarnos. De considerarnos más que de silenciarnos.

¿Te gustaría recibir notas como esta en tu e-mail?

Suscribite aquí y te las enviaremos a tu casilla todos los meses

No está conectado a MailChimp. Deberá introducir una clave válida de la API de MailChimp.

Comentarios ()

[fbcomments]