Sociedad
15 enero, 2020
Censuraron tres murales por considerarlos ofensivos: solo eran imágenes maternales
Días atrás el Hospital Piñero inauguró una serie de murales donada por la artista plástica Liset Feider para el área de Maternidad. Aunque en las imágenes hay un bebé, una mujer embarazada y una mamá con su hijo en brazos, rodeados de plantas y flores, algunos empleados denunciaron "violencia simbólica" e "intimidación" y los taparon. La artista denuncia censura.

Liset Feider es psicóloga y artista plástica. A través de cada pincelada, sus trabajos visuales expresan un gran amor y compromiso por poner de manifiesto la fuerza, la vitalidad y el misterio de la vida. Sus imágenes hablan por sí solas de ese movimiento que nunca se detiene: vivir. Mujeres y naturaleza son sus temas favoritos.
Es que el valor de lo femenino la atrapa, la conmueve.
Sus obras son el resultado de una búsqueda que excede cualquier credo e ideología. «No me embandero, solo priorizo mis sensaciones más hondas«, comparte la artista, que acaba de ser víctima de un acto que la angustia y entristece: los tres murales que pintó para «alegrar» el sector de Maternidad del Hospital General de Agudos Parmenio Piñero, ubicado en el barrio porteño de Flores, fueron tapiados alegando «violencia simbólica».

¿Qué fue lo que Liset pintó y que tanto ofendió a los empleados del hospital que ejercieron presión para quitarlos?
Un bebé en gestación y una mujer embarazada para los muros exteriores del edificio; una madre con su hijo de unos dos años en brazos en el hall interno. Una obra que había sido autorizada y supervisada por el propio director, el doctor Daniel Rivero, quien al principio celebró sus bocetos y dio vía libre a la creación, pero días después de inaugurarla la llamó para decirle: «Tengo un problema con tus murales, necesito que hagas unos cambios, que pintes con más color verde y que al bebé le saques el cordón umbilical. Estamos recibiendo muchas presiones«.

Liset fue un domingo, borró el cordón umbilical y dibujó hojas verdes en su lugar. Pero el resultado siguió sin conformar a un sector que veía en esas pinturas “una acción discriminatoria y estigmatizante hacia las personas con capacidad de gestar que son asistidas en el Hospital, que encuadradas en el marco legal vigente deciden no continuar un embarazo, ya sea porque el mismo es producto de una violación o porque su continuidad pone en riesgo su salud o su vida”, según consta en el petitorio que se firmó para realizar el pedido ante la dirección del hospital.

Los firmantes alegaban, además, que había demasiado color «celeste», pero quizás no tomaron en cuenta que son justamente celestes las paredes exteriores del Piñero.
«Como seguía sin conformar a un pequeño sector de gente, el director me dijo textual: ‘El bebé tiene que desaparecer‘. Pero yo le expliqué que no me podía autocensurar. ¿Qué es lo que creo? Que mis murales fueron el chivo expiatorio de una situación que va más allá de ellos», se queja la artista.
Desdibujar, romper, negar
«No entiendo lo que pasó, si hasta me felicitaron por mis trabajo en la propia página de Facebook del Piñero, estoy desconcertada…«, dice Liset Feider en diálogo con Sophia, apenada por algo que todavía no alcanza a comprender en toda su dimensión pero que, desde que ocurrió, días atrás, no la deja dormir. Debido a la agresividad de los comentarios que recibió el posteo en la red social, la página del Piñero tuvo que ser dada de baja para desactivar la violencia de quienes veían en esas piezas de arte una intimidación para no abortar.

«Es un delirio. En mi trabajo no hay pañuelos celestes ni leyendas que hablen de eso. Me pidieron imágenes maternales y yo pinté un bebé, una mujer embarazada, una madre con su hijo. En mis dibujos hay naturaleza, hay vida. ¡Amo ilustrar la fuerza de la vida! Si hubiera sido un trabajo para el sector de cardiología habría pintado un corazón rodeado de flores, me interesa llevar un mensaje alegre en medio de tanto dolor«, señala la artista, que hoy denuncia un claro ejercicio de censura: «Taparon mis trabajos con maderas y clavos, los dañaron. A la mujer embarazada la cubrieron con bolsas negras, como si se tratara de un óbito. Fue muy fuerte«.

Muchos respaldaron a Liset. De hecho, en la comunidad CitizenGO circula un petitorio para recolectar firmas y exigir que destapen los murales. «Agradezco el apoyo de la gente y quiero que lo que me pasó se sepa, para que no sigan ocurriendo este tipo de atropellos. Pero lamento que muchos se ensañen conmigo y me escriban cosas horribles, el tema ha generado mucho odio lamentablemente. En un diario, por ejemplo, me tildaron de ‘artista antiderechos’, una locura. ¿Y la sororidad? ¿Cómo pueden otras mujeres decir eso de mí sin siquiera saber quién soy ni conocer mis trabajos?«, concluye.
ETIQUETAS aborto arte bebe hijas hijos maternidad polemica vida
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