Salud
2 septiembre, 2016
Arte para sanar
La Terapia de Artes Expresivas es un modelo terapéutico de desarrollo humano, que se basa en el trabajo a través de disciplinas artísticas para explorar el alma de las personas. Buenos Aires será sede del Segundo Encuentro Latinoamericano de Artes Expresivas, a realizarse a fines de octubre en Fundación Columbia.
El arte es una de las manifestaciones más sublimes del espíritu humano, entendido como el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.
La fuerza creativa busca su propio sendero de expresión atravesando obstáculos y conflictos. Las artes y la sanación han estado presentes en todas las culturas.
Como ríos que confluyen
Podés ser parte del 2° Encuentro Regional Latinoamericano de Artes Expresivas, que tendrá lugar el 28, 29 y 30 de octubre de 2016. En Fundacion Columbia: Borges 2020, Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Informes e inscripción: www.ieatalatinoamerica.com | info@ieatalatinoamerica.com
Sin embargo, su aceptación en el ámbito académico, médico y psicológico es relativamente reciente. No obstante la necesidad de investigar y dar razones fundamentadas, es un desafío que convoca a diversas disciplinas: desde las neurociencias, al psicoanálisis; incluyendo la antropología, el juego, la filosofía, la estética, la ética, la astrología, la sociología y las vicisitudes del SER.
Es sabido que al expresarnos —ya sea a través de un garabato, una pintura, una escultura, una danza o un gesto, un sonido o una metáfora poética— estamos revelando aspectos de nuestro ser, consciente o inconsciente. En este encuadre, el contenido merece mucho respeto, responde a un campo relativamente nuevo de las prácticas terapéuticas modernas y más bien representan un tema ligado a antiguas tradiciones de sanación y celebración.
«Me ayudó a crear un nuevo mundo»
Hace cuatro años Matilde tuvo que enfrentar un diagnóstico de cáncer de mama. Tenía entonces 39 años y una hija de 7. Se sometió a tratamientos no siempre exitosos y varias veces lloró amargamente preguntándose por qué. Hasta que decidió que debía hacer un cambio en su vida. Así fue que redujo su jornada laboral, le dedicó más juegos y sonrisas a su niña y se animó a hacer eso que quiso desde siempre: ser actriz. «Me inscribí en un taller de actuación y mi energía cambió completamente. Fue como crear un nuevo mundo para mí, un espacio solo mío donde la enfermedad no podía meterse», cuenta Matilde a quien —si todo sigue como hasta ahora— el año que viene le darán el alta del tratamiento. «Los controles van a seguir, pero yo también voy a seguir apostando a mi sanación, conectándome con aquello que me hace realmente feliz, como estar con mis seres queridos y actuar».
En las antiguas culturas las artes confluían todas juntas en forma integrada, tanto para celebrar y acompañar pasajes o transiciones vitales como para honrar los ciclos de la naturaleza. Cantaban, bailaban, percutían, hacían pinturas en la arena, o creaban objetos para usarlos en lo cotidiano. En dichas culturas, los aspectos científicos, filosóficos y espirituales de la experiencia humana no estaban separados unos de otros.
En la práctica de las terapias expresivas hoy se retoma ese conocimiento ancestral desde nuestra capacidad innata tanto individual, como singular y colectiva en la búsqueda de integridad de nuestro ser, de saber quiénes somos como seres humanos en el mundo.
“Incluir las Artes Expresivas como proceso para sanar supone aptitud y actitud —explica la doctora en Psicología Graciela Bottini, Arte Terapeuta -REAT (Registred Expressive Artas Therapist) por IEATA—. Cuando creamos un ambiente de confianza y seguridad (que es también un arte), basándonos en la creencia que todo sujeto posee la capacidad para auto comprender, discernir y poner en juego su habilidad para encontrar el camino o dirección que necesita, abrimos un mundo de posibilidades que van del alivio al insight”.
El facilitador (terapeuta) reactualiza el estadio anterior de libertad de experiencia con que jugábamos y creábamos de niños, sin aniñarnos. Por eso, su propósito será empatizar con el consultante para consonar mejor con su mundo interior y así poder acompañarlo a conocerlo con mayor claridad, poniendo palabras plenas de sentido a lo indecible.
¿Cómo experimenta esta persona su arte, y a través de su arte, la vida? ¿Cómo puedo estar totalmente presente para este Individuo mientras explora, deambula y devela su mundo interior?
Un proceso terapéutico, como todo proceso interactivo es un diálogo colaborativo. Al mirar la expresión artística de otra persona, ésta nos impacta. Sin embargo, lo que vemos o conjeturamos es nuestra propia visión del mundo interior del otro, lo cual no es necesariamente, la visión de su mundo interior.
Las Artes Expresivas representan una maravillosa puerta para descubrir el misterio de estar vivos y presentes cada día, una invitación al autoconocimiento, a sanar nuestras heridas. “Todo aquello que somos y hacemos tiene un impacto en el mundo y su mundo personal es y son las Artes Expresivas como lenguajes para ahondar el misterio de estar vivos y presentes cada día”, concluye Bottini.
Una invitación a pensar en el poder sanador del arte
El propósito de este encuentro es dar a conocer conceptos, compartiendo experiencias y casos de todos aquellos que trabajan aplicando la Terapia en Artes Expresivas en su ámbito.
Este Encuentro de talleres teórico-prácticos está dirigido a quienes estudian o trabajan en el ámbito de lo Social, la Educación, la Salud del cuerpo y de la mente, el Arte y la Expresión, las Terapias Alternativas, entre otros, que quieran sumar conocimientos a su práctica o formación actual.
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