Sophia - Despliega el Alma

Sabiduría

17 mayo, 2023

«A mis 80 años puedo mirar hacia atrás y agradecer el recorrido»

A pocos días de haber llegado a esta edad tan significativa, la psicóloga transpersonal, docente y escritora nos comparte todo eso que descubrió en su cumpleaños de 80. ¡Lo celebramos con vos, querida Inés, gracias por hacernos parte del viaje!


Por Inés Olivero

Hace tiempo que los veía venir, no fue una sorpresa alcanzar este número. Solo que, de pronto, se me hizo presente todo el sistema de creencias que cargaron de temor esta etapa de la vida: ahora sí que soy vieja, una vieja de 80, es momento de empezar a despedirse, me voy a convertir en una carga, voy a perder autonomía… Un sinfín de pensamientos oscuros que es necesario poner en blanco sobre negro y así desactivar su carga letal. Pero, para eso, hay que “mirarlos de frente”.

Son muchas y muy valiosas las personas que sobrepasaron ese número con sabiduría, salud y alegría de estar vivas, entonces ¿por qué no mirar esos ejemplos?

No es la muerte lo que me produjo el impacto, no… Sé, por experiencia propia, que puede llegar en cualquier momento de la vida y llevarnos. Lo hace con aquellos que se alinearon para recibirla, como con los que aún no están preparados. Es inexorable. El shock me lo generó el “deber ser” de la cultura en la que vivo, eso que se espera de nosotros…

Entonces, como suelo hacer con aquello que me asusta, lo agrando hasta ridiculizarlo y luego genero contenidos opuestos por completo. Fue así que me encontré pensando:

            ◊ Soy feliz, me amo y me apruebo tal como soy, vivo mi día a día con profundo agradecimiento y en plenitud. Trabajo mucho, pero solo en todo aquello que llena mi alma. Por lo tanto, no me canso.

            ◊ Tengo un compañero desde hace 50 años que surfeó conmigo la existencia y que, al dormirnos y al despertar, nos agradecemos estar juntos.

            ◊ Mis hijas fueron mis grandes maestras y hoy recibo tanto amor que muchas veces doy gracias a la Providencia por tal maravilla.

            ◊ Mi hermana, la mejor hermana, comparte conmigo los sobresaltos y los disfrutes.

            ◊ La ternura me invade con solo evocar a mis nietas, las tres son un regalo de la vida. Cada una con su especial carisma y talento, su presencia coronó de esperanza y de alegría esta etapa.

            ◊ Crecí y vi crecer a pacientes durante tantos años que honro, constantemente, mi profesión, porque ‘me permitió vivir muchas vidas en una sola vida’.

            ◊ Luego comenzó el servicio, en los grupos mi alma se agrandó con cada uno de los participantes, sostener el dolor que produce el sufrimiento emocional, la mayoría de las veces por responder a mandatos muy crueles, y poder abrir un prisma de auto respeto, de derecho a la alegría y a la autoafirmación, comenzando por el amor a sí mismo, tiene tal magnitud de resonancia espiritual, que se puede sentir muy profundamente que TODOS SOMOS UNO.

            ◊ A los 80 años puedo mirar hacia atrás y agradecer el recorrido, repleto de errores, aciertos, dolores hondos y alegrías inmensas, de frustraciones, heridas y, también, de las reparaciones amorosas que fui haciendo paso a paso. Me pude ver en la condición humana y encontrar el enorme parecido que tenemos todos los seres, inocentes e ignorantes de nuestro potencial sagrado. De todos modos, ese potencial nos va empujando suave, pero firmemente hacia el DESTINO ÚNICO que eligió nuestra alma al encarnar en este cuerpo.

            ◊ La juventud es bellísima pero dolorosa, la adultez es fuerte pero esforzada, la vejez es el fruto de todo el recorrido y, si podemos habitarla tal cual es, nos iremos satisfechos de haber pasado por aquí.

            ◊ Agradezco a mis maestros porque pude aprender de ellos, fueron siendo mojones en el Camino, a UCDM que me ayudó a desarmar la rigidez heredada y aprovechar los talentos de mis ancestros, además de descubrir los propios. ¡GRACIAS Espíritu Santo! Mi Guía, la Chispa Divina que me habita, me cuida y me ama. Gracias, por Él comencé a amarme.

            ◊ Desde hace años, mi brújula es MARANATHA y TODO ES TODO, mantras de mi meditación que acompañan cada día, con la certeza de ser amada y el compromiso de seguir amándome. La meditación me enseñó que si no miro adentro, no puedo ver afuera. Me he convertido en el Testigo, el Observador del remolino emocional y mental que me habita, pero también del misterioso SER que es mi verdadera IDENTIDAD del que a veces se presentan destellos. Esta práctica es el mejor antídoto contra el miedo, auténtico flagelo de la condición humana.

            ◊ Y así llego a disfrutar de este momento tan pleno e íntegro que, por la Gracia de Dios, puedo apreciar tal cual es. ¡Gracias, gracias, gracias!

12 de mayo de 2023

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