
El perdido arte de esperar
Hoy que la espera aparece como sinónimo de supervivencia, podemos elegir hacer de ella una práctica virtuosa que nos ayude a entrar en nuestro mundo interior y, desde allí, abonar una de las más hondas certezas de la existencia: después del invierno siempre llega la primavera.

¡Gracias por los abrazos!
Nos encantó recibirlos a todos: abrazos largos, de oso, fuertes, en silencio, llenos de sentimientos y de emoción... Por eso les compartimos cada uno de ellos, para que nadie se quede sin el suyo.

Elogio de la sencillez
A veces solo alcanzamos a ver el vaso medio vacío y nos perdemos en reflexiones rebuscadas que no conducen a nada. O pensamos que todo iría bien si tuviéramos mejor suerte, más prestigio, mayor cantidad de logros o de bienes... ¿No será que, en verdad, deberíamos enfocar nuestra vida desde una perspectiva diferente?

Abrirnos al misterio
Los vaivenes abruptos y las experiencias extremas de la vida nos ponen frente a aquello que no entendemos. En esos instantes, la experiencia de lo sagrado nos otorga orientación y sentido. Las cosas sencillas del día a día pueden, también, tenernos reservado algo que no podemos definir, pero que nos ilumina y nos abraza.

El viaje de tu vida
El mito de la heroína es un camino de obstáculos y desafíos a través de los cuales crecemos y nos volvemos conscientes, descendiendo a las entrañas de la psiquis y reencontrándonos con la sensibilidad y creatividad olvidadas. Se trata de un viaje al interior profundo, y el resultado es pura alquimia.

«Soy Mamerto, pero no ejerzo»
&nsbp Mamerto Menapace Humor, amor y entrega definen a este monje benedictino que cautiva con...